La primera vez que escuché el título de Inmortals pensé que esto iba a tratar sobre Jordi Hurtado y su pacto con el diablo. Sin embargo, poco tiempo después me enteré, gracias a mi agente de la condicional, que se trataba de un film en el que andaban de por medio los productores de 300 (esa película que tan gratamente sorprendió a muchas chavalas debido a ese desfile de chulazos en tetas). Lo único cierto es que tras aquel pufo titulado Furia de Titanes había perdido un poco la ilusión por el cine épico, y entré en una dinámica de pasarme por el ojete todo lo referente al séptimo arte que adaptara cualquier movida mitológica. Sin embargo, Inmortals me ha devuelto la ilusión…
A lo mejor es cosa mía y soy un «flipao» de mierda que me emociono con «ná», pero después de ver este vídeo adjunto me he puesto más nervioso que un bebé en las manos de Sergio Ramos. Y cual jovenzuelo con un quimicefa he decidido experimentar a modo de cobaya con mi hermano, le he puesto el vídeo pensando que también iba a echar lagrimones y mocarros de la emoción, pero con un tono de voz seco y rancio sus palabras han sido: «¡Pufff, para ver esto prefiero jugar al God of War, no me jodas!». Sea como fuere, a mí el vídeo me ha encandilado y creo que Inmortals es uno de esos films en los que el 3D tendrá su aquel y servirá para algo más que para sacarnos los cuartos cual lagarta de la red. Así que id planchando vuestras mejores galas para el 23 de diciembre porque la cosa promete goles.