Operación Amanecer, de Henry Zebrowski/Marcus Parks y David Rubín (Astiberri, 2024)

Un grupo de jóvenes vampiros alienados conocidos como “Bichos” planea robar un objeto mágico a los vampiros originales para volver a convertirse en humanos. Por el camino descubrirán que un enorme submundo de monstruos, un plan secreto orquestado por las criaturas antiguas, unos cazavampiros militares de élite y otras locuras inimaginables se interponen en su camino para recuperar la humanidad.

Operación Amanecer es una historia de vampiros con alma de juego de rol. Los vampiros de esta trama se dividen fundamentalmente en dos clases, los viejos y los jóvenes. Los viejos controlan la sociedad vampírica y tienen un altísimo nivel de poder y los jóvenes son la escoria de la noche y son conocidos vulgarmente como «bichos». Y aquí es cuando entran nuestros dos personajes principales que están buscando un objeto mágico en posesión de alguno de los Vampiros Originales para dejar de ser Nosferatus.

Nos encontramos un worldbuilding detallado y extenso que nos pone en situación desde la primera página. El guion de Zebrowski y Parks, aunque no es particularmente profundo, consigue mantener un buen ritmo y combina bien los elementos de humor negro con situaciones de acción. Particularmente me ha gustado mucho la relación entre Hex, la vampira de más de 350 años y Steve, un oficinista recientemente convertido en un ser de la noche, cuya dinámica añade un toque de frescura y entretenimiento a la historia.

El arte de David Rubín es uno de los aspectos más destacados de esta obra. Su estilo vibrante y expresivo da vida a todos los personajes y escenarios, creando una atmósfera que oscila entre lo siniestro y lo humorístico gracias a ese estilo tan característico suyo. Rubín logra capturar la esencia de cada personaje con gran detalle y sus escenas de acción están llenas de dinamismo y energía. No podemos olvidar el maravilloso trabajo a color a cargo de K. J. Díaz y Xulia Pisón, el cual complementa a la perfección el estilo de Rubín.

Da la sensación de que Rubín se lo ha pasado francamente bien dibujando estas páginas con sus ya clásicos recursos estilísticos y estupendas transiciones que hacen que la lectura sea muy dinámica y sorprendente.

En definitiva: este primer tomo (de dos) de Operación Amanecer es una lectura entretenida y bien lograda, que, aunque no vaya a revolucionar el género vampírico, ofrece una historia divertida y visualmente muy atractiva. Es una obra que cumple con creces su objetivo de entretener y capturar con su gran narrativa y potencia visual.

La edición de Astiberri tiene una gran calidad en formato cartoné que incluye material adicional como bocetos y portadas alternativas de otros artistas, lo cual es un atractivo extra para los aficionados al cómic. Estos extras siempre aportan una visión exhaustiva del proceso creativo, siendo un añadido que siempre es bien valorado por los lectores.

Por Francisco José Arcos Serrano

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