Cada vez que quiero tocar un poco los cojones a nuestro querido redactor Kiko, cojo y me presento en su casa llevando una peli del Supes bajo el brazo (el tío empieza ahí a cagarse en mis muertos y a decirme que Superman se la suda, pero al final siempre consigo que acabe viéndola). El caso es que creo que en breve este muchacho rabiará de nuevo cuando me presente en su casa con la última de las películas animadas de DC comics que protagoniza el Boy Scout de los superhéroes: Superman Unbound.
No hay nada como decirle al Sr Grifter que Superman no es un superhéroe de mi agrado para que vuelva a ponerme en la tesitura de reseñar otra película del estirado de Metrópolis. Como ya dije hace unas semanas en All Star Superman, el héroe del ricito en el flequillo no es mucho de mi agrado. Ese aire de boy scout que le obliga a hacer siempre el bien y que le hace pensar que debe prevalecer la justicia frente a la venganza, por encima de todo, consigue que me saque un poco de mis casillas (y también por el hecho de que no aguanto al patoso de Clark Clent y que nos tomen por tontos cuando se nota que son clavaditos).
Pues bien, la nueva propuesta del Sr Grifter, llamada Superman vs La Élite pone a Superman en el aprieto que justamente he comentado en el párrafo anterior. ¿Qué pasa cuando los superhéroes se toman la justicia por la mano y se saltan las férreas reglas que se auto impone El Hombre de Acero? ¿Qué sucede cuando alguien con tanto poder cruza la línea y aplica lo que él entiende como justicia?
Desde la primera vez que murió Goku nunca pensé que los muchachos de este humilde blog volveríamos a llorar a chorrazos y soltando unos mocarros del copón. Pero es que nos duele comentar cierta noticia que nos ha dejado más tristes que el camello de Amy Winehouse. Si eres fan de los largometrajes animados de DC Comics y te vas frotando por las paredes cada vez que te deleitas los ojines con uno de estos films más vale que no leas esta entrada y te vayas por ahí a coger setas o a perseguir falducones, porque seguramente te vas a quedar piruleta…
Cuando escuché por primera vez el título de este cómic pensé que iba a tratar sobre un menda con los suficientes huevos toreros como para decirle al bueno de Batman que deje de dar la brasa y que se calle de una zorra vez. Pero no amiguitos, «Batman: Silencio» es un arco argumental de doce números que se publicó entre los números 608-619 de la colección de Batman (aunque me figuro que casi todo el que lo tiene es gracias a los tomos recopilatorios en tapa dura de Norma o de Planeta DeAgostini, o por el reciente libro de bolsillo que sacó no hace mucho esta última editorial).
Sea como fuere, esta obra fue la que supuso la vuelta a los ruedos de ese ídolo de los frikis que es Jim Lee. Para ello colaboró con el guionista Jeph Loeb, que al igual que CR7 es un tío muy querido por muchos y repudiado por otros. Como es de suponer, este cómic fue un pelotazo en su día, sobre todo por el hecho de que eran muchos los fans de Lee que esperaban verle de nuevo mostrando su arte con los pincelitos. El caso es yo aún no lo había degustado, hasta que hace unos días me dio la pinzada de hacerme con uno de esos tomos recopilatorios antes mencionados…
Bien es cierto que los muchachos de este blog somos muy dados a juegos como el teto, las tragaperras (tanto en máquinas como en chavalas) el julepe, el tute cabrón y por supuesto el strip poker. Pero de vez en cuando nos da por jugar también a cosas como el ajedrez, donde demostramos que no sólo somos grandes estrategas a la hora de arrinconar a las chavalas en los pubs. Así que imaginaos nuestros jetos de alegría cuando nos hemos enterado de que Altaya ha lanzado cierta colección de fascículos que dejará tanto a los ajedrecistas como a los fans de DC Comics más emocionados que Pepe en una convención del partido nazi.
Tiene cojones el hecho de que muchas personas se pasen por el soberano ojete buenos argumentos por la simple razón de que sólo se pueden leer en cómic. Y es que como aún hay mucha gente que debido al desconocimiento del medio sigue teniendo el prejuicio de no acercarse a ellos por el hecho de ser tachados de «infantilotes», pues se quedan sin disfrutarlos. Pues a modo de protesta yo he hecho algo parecido con la famosa trilogía de Stieg Larrson, de la que hace tiempo dije que me negaba a leer los libros o a visionar las pelis hasta que no las adaptaran al noveno arte. Pues mire usted por dónde, ese día va a llegar muy pronto…
La primera vez que escuchamos hablar de Watchmen hace un porrón de años pensamos que su argumentos iría sobre vigilantes de Securitas Direct o de voyeurs empedernidos. Sin embargo, con el tiempo nos pispamos de que se trataba de la que para muchos es la mejor novela gráfica sobre superhéroes que se ha escrito nunca, y de cuyo autor (Alan Moore) seguimos pensando que le hace falta una buena MILI al tío para que le quiten esos pelos de hippy. El caso es que para muchos este cómic era algo intocable, algo que no había que toquetear más y dejarlo todo tal cual. Pues parece que al final la obra será profanada y tendremos un aluvión de precuelas que ahondarán en los personajes de esta obra maestra.
Todos los fans de Millar estamos de enhorabuena porque el enfant terrible del mundo de los cómics ha regresado con este tomo en el que vuelve a tirar de personajes chulescos cercanos al hijoputismo y al gamberrismo sádico. Y es que los que disfrutaran con las adaptaciones peliculeras de cómics suyos tales como Wanted o Kick-Ass que se vayan frotando las manitas porque Némesis será la siguiente (por cierto chicas, que sepáis que se habla de nombres como el de Johnny Deep o el de Brad Pitt para el del papel protagonista).
Pero muchos os estaréis diciendo ahora mismo: «¡Sí vale chato, déjate de milongas y dinos de qué va esto!». Pues la mejor definición es la de que se trata de algo parecido al hecho de si Batman hubiera sido el Joker. Por cierto, que a los de DC comics no les hizo mucha gracia lo de que Millar promocionara este cómic suyo haciendo ese parangón con estos dos personajes pertenecientes a esa editorial. Le llamaron la atención y Millar se cortó un cacho (pero su argucia de crear polémica en torno a su nueva obra estaba ya hecha). ¡Qué crack el tío!.
Pues sí muchachada, tras irme al parque del Retiro y consultar con un menda de esos de la cartomancia he decidido que me la voy a jugar. ¿Recordáis que cuando hice mi reseña de la peli de Green Lantern avisaba de que estaba sopesando muy seriamente el dar una oportunidad al hecho de leer material de este personaje?. Pues bien, tras mucho meditar creo que estoy demasiado «encasillao» en los cómics de Marvel y ya va siendo hora de que expanda mis horizontes comiqueros. A ello ha contribuido también el hecho de que hace poco me dio un arrebato consumista y me pillé el tomo de DC Orígenes: Superman, el cual me ha dejado un cojonudo sabor de boca (y cuya lectura recomiendo encarecidamente a cualquier lector que quiera adentrarse en el personaje, porque este tomo es ahora mismo la opción ideal).
Los muchachos de este blog hicimos hace ya tiempo el juramento de ver el mismo día del estreno cualquier film basado en el mundo del cómic (o el día siguiente como muy tarde, bajo pena de flagelación en caso de incumplir esa promesa). Pero para juramento el que hicimos antes de ir a ver esta película, poniéndonos el primer anillo con el que nos topamos en los joyeros de nuestras mamis, alzando la mano ahí hacia arriba y gritando a los 4 vientos: «En el día más brillante, en la noche más oscura, el mal no escapará de mi vista. Que aquellos que adoran al mal teman mi poder: ¡la luz de Linterna Verde!.
Y es que ya comentamos hace unos días que la muchachada de este blog somos más de Marvel que de DC, y de esta última editorial solemos tirar siempre hacia clasicazos tales como Batman o Superman. Así que hemos de confesar que sobre la vida y obras de Linterna Verde estábamos un poco pez antes de ver el film, pero aún con todo hemos de decir que nos ha resultado una película entretenida, que a mí personalmente me ha dejado con ganas de leer en cómic alguna cosilla sobre el personaje.
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