Para doce trampas las que nos hace a nosotros el jodío Fifa12 de los cojones cada vez que vamos ganando muy cómodamente un partido y de pronto la consola empieza a subir repetinamente el nivel a lo bestia y acabamos perdiéndolo (quedándosenos una cara de gilipollas que nos dan ganas de coger el puto disco del juego y partirlo a lo Arteche). Pero las doce trampas a las que nos referimos en la reseña de hoy hacen referencia a un film que pude degustar hace unos días, protagonizado por esa máquina de repartir hostias como panes que es el bueno de John Cena.
Y es que ya comenté que desde hace tiempo sigo la WWE en Marca tv (aunque nuestro redactor Kiko quiera quitarme la ilusión diciéndome ahí a sangre fría que eso es todo mentira). Pero francamente tenía ganas de ver un film protagonizado por este chaval y comprobar sus cualidades interpretativas fuera del ring. Por cierto, fue una lástima que en WrestleMania este tío perdiera su combate contra el «pesao» de The Rock de los cojones. En fin…
Sobre su argumento, diré que es algo más simplón que un extra de la serie Corky. El detective Danny Baxter (John Cena) está a punto de tener el peor día de su vida cuando un criminal y terrorista, Miles Jackson, que tiene viejas cuentas pendientes con nuestro protagonista, se escapa de prisión y secuestra a la novia de Baxter, retándole al macabro jueguecito de tener que superar 12 pruebas en las calles de Nueva Orleans para poder salvar a la chavala.
Así que cual 12 trabajos de Hércules, nuestro cachas protagonista emprenderá una desesperada carrera por la ciudad yendo de aquí para allá como un locuelo, mientras el maloso se regodea en su crapulencia puteándole cosa mala y teniendo al pobre muchacho a su merced (suerte que el tío tiene tipín y está en forma, porque a cualquier otro esas «pechás» a correr que se pega por plena ciudad le dejarían «desfondao»). El caso es que para ello el maloso le irá dejando pistas y códigos que Danny Baxter ha de descifrar para saber cual es el siguiente entuerto que deberá desbaratar para que ese criminal no triunfe en su malvado «reto».
La verdad es que leyendo el párrafo anterior seguro que muchos estaréis pensando que esto huele a Jungla de Cristal 3 que te cagas. Y ciertamente amiguitos esto es así, pues el hilo argumental de 12 trampas es bastante parecido a lo que vimos padecer al bueno de John McClane en aquella mítica peli de esa gran saga. Además todo ello está aderezado por un toque a lo Speed (como por ejemplo en las escenas del tranvía o la del camión de bomberos), donde veremos también una serie de momentazos con vehículos a velocidad endiablada en plena ciudad con el fin de evitar tragedias mayores que dejen daños colaterales en los pobres ciudadanos, debido al rifi-rafe que se traen estos dos.
Y a pesar de que el argumento del film sea una copia descarada de esas dos películas antes mencionadas, he de decir que el resultado final tampoco es que sea malo del todo, sobre todo si eres dado a pelis de argumentos simplones donde la acción es lo que prima. Además el bueno de Cena no actúa mal del todo, pues al fin y al cabo el tío tiene ya tablas para ello en RAW, (pues cualquiera que siga ese programa es sabedor de que se desenvuelve bien a la hora de marcarse un diálogo acojonante para picarse con algún rival).
En definitiva, 12 Trampas es un film que recomiendo si eres dado a pasar el rato con largometrajes de acción, explosiones, persecuciones y hostias a tutiplén. Eso sí, a veces resulta un poco cantoso en este tipo de cintas el hecho de que el malo tenga todo tan bien planeado al milímetro y salga todo como él quiere, poniendo en jaque a toda la poli de la ciudad. Menos mal que en la vida real no hay malos tan listos, porque ya tenemos bastante con los políticos y con los banqueros…
Pues no, no es mala pa pasar el rato. Además yo soy fan de Renny Harlin y se nota la mano de éste en la dirección de las escenas de acción, que son cojonudas. Y, lo siento, pero el Cena no suena para los próximos Oscar, ni como invitado de la Berlinale, no…
Sí, la peli es para echar la tarde tan ricamente, que no es poco…