La verdad es que últimamente proliferan como churros las noticias de cómics que van a tener su adaptación en la gran pantalla, cosa que a mí me alegra particularmente porque de alguna forma esto contribuye a que el noveno arte sea conocido por más gente. Además cuando estas adaptaciones se hacen con cómics que apenas suenan ni de oídas al público ajeno al mundillo, a mí personalmente me gusta más, porque se da a conocer un poco más el amplio abanico de géneros que engloba la palabra cómic (a ver si de una vez se acaba la idea de mucha gente que piensa que en los cómics sólo hay superhéroes, o que tienen el famoso prejuicio de que los cómics son sólo para niños). Pasando ya al tema concreto del post, tengo que decir que esta adaptación de la que hablo es de un cómic de Will Eisner titulado Contrato con Dios. Cualquier persona metida en el mundillo conoce a este personaje y la importancia decisiva que tuvo para sacar al cómic de su confinamiento de antaño como medio de entretenimiento para niños y adolescentes. En su honor se crearon en 1988 los Premios Will Eisner, entregados anualmente en la Convención Internacional de Cómics de San Diego (California). Sobre su famoso cómic titulado Contrato con Dios hay que decir que narra cuatro historias ambientadas en el Nueva York de los años treinta, contadas todas ellas con un tono un tanto agridulce, sórdido y crudo, pues muestran un lado implacable y triste de la vida donde el pesimismo es la nota dominante. Esperemos que este cómic cuente con una adaptación más que digna y ójala llame la atención de la gente sobre los argumentos tan variopintos que uno puede encontrar dentro de este mundillo (que los hay para todos los gustos y para todos los públicos).