Para el que no lo sepa, soy un ferviente admirador de J.J Abrams, uno de los productores de aquella bonita serie que me estuvo acompañando todos los viernes durante casi 6 años: Perdidos. Sinceramente, tengo sentimientos encontrados respecto a este hombre. No sé si considerarle un puto genio, y quitarme el sombrero ante su arte de vender sus productos, o cagarme en todos sus muertos por su forma de vender humo sin que te des cuenta. Tuvo atrapados a millones de personas con Perdidos, mostrando un desenlace que no gustó demasiado (me cago en tus muertos!), y lo mismo pudimos ver en Cloverfield (traducido en España con el horrible nombre de Monstruoso), que después de una campaña viral asombrosa, la película nos dejó un poco picuetos (a ver si me la vuelvo a ver, que a mí me gustó).

Tengo que reconocer que desde que vi el trailer de esta película tenía una gran curiosidad por echarla un vistazo, ya que siempre había oído hablar bastante bien del cómic en el que se basa (del que tengo que confesar que nunca he leído nada al respecto). Además cuenta con el aval del director de la mítica Zombies Party y Arma Fatal, dos películas bastante interesantes con un sentido del humor muy de mi agrado.

Lo primero que hay que comentar del film que nos ocupa es el hecho de que se trata de una curiosa mezcla entre comedia romántica, videojuegos y cómic, que dan lugar a una película que a mí personalmente me ha resultado bastante original y muy divertida de visionar. Y es que el film despunta maneras frikis a raudales desde casi los compases iniciales, sobre todo con esas onomatopeyas tan comiqueras a la hora de reproducir cualquier sonido que aparece en ella.