La verdad es que cuando escuché por primera vez el título de este film me recordó la época en la que jugaba con mis coleguillas al fútbol-sala en la liga municipal de mi localidad, pues nos dejaban muchas veces a cero puro (y duro). Sin embargo, poco tiempo después me enteré de que se trataba del último film protagonizado por el bueno de Hugh Jackman, ese buen mozo al que las tías admiran porque está cachitas y macizorro y a los tíos nos cae bien por ser Lobezno.
Además este largometraje me atraía también por su temática pugilística, pues desde hace ya algunos meses me he viciado en Marca TV con el programa de Boxeo de Leyenda y hay que reconocer que en algunos de los combates que ponen se ven unas pedazo de hostias con las que uno se pregunta cómo esa gente no se arranca la cabeza con las cacho de «guantás» que se pegan. Así que como me llamó la atención esta idea de robots boxeadores, qué menos que jugársela a ver qué se cocía en el film y comprobar si la cosa prometía…