Desde por lo menos el siglo XV que el hombre regala una rosa a la mujer el día de Sant Jordi en Cataluña y si es posible acompañada con la espiga de trigo símbolo de la fertilidad. Pero lo interesante es que la mujer le regala un libro como respuesta y que posiblemente sin saberlo, conmemora la muerte de Miguel de Cervantes. Si te gusta la lectura y tienes la suerte de poder pasear por las Ramblas de Barcelona en el día de este santo, como es mi caso, podrás observar una orgía literaria sin precedentes. Todo está lleno de libros dispuestos a ser comprados.
Salgo a la calle y después de abrirme paso entre la multitud encuentro libros interesantes, la verdad es que tengo algunos en mente, pero también he tenido algunas sorpresas.
La primera que cae en mis manos es Boneshaker de Cherie Priest. ganadora del premio Locus y la primera entrega de la saga. Novela que combina ciencia ficción y los zombis que tanto nos gustan. La historia nos sitúa en Seattle 1863, un accidente libera un gas letal que reanima a quienes fallecen tras inhalarlo. Los iluminados crean un muro alrededor de la ciudad. Menuda feria de zombis.
Pasa por mis manos otro que no tiene mala pinta, Eterna Juventud de Drew Magary, donde parte de la premisa que se ha encontrado la cura para el envejecimiento. Esto que parece fenomenal en un principio trae sus problemas. Si, es cierto que no morimos de viejos nunca más, pero aparecerán daños colaterales derivados de eso. Aparecerán programas gubernamentales de eutanasia y fanáticos pro-muerte entre otras cosas.
Encuentro una de mis compras seguras, Salvation’s Reach de Dan Abnett, otra de Los fantasmas de Gaunt que es de obligada lectura. Apareció en las librerías el día 3, pero he dejado pasar el tiempo mientras releía la trilogía del Inquisidor Eisenhorn otra vez. Lo tengo en la mano y no lo compro, confío en Sant Jordi y apuesto a que alguien se acordará de mi.
No me voy con las manos vacías, compro varios libros de autoayuda para los compañeros de oficina, en estos días nunca se sabe lo que vamos a necesitar.
Feliz diada de Sant Jordi.
*La imagen de cabecera la hemos «robado» impunemente de la web Diada de Sant Jordi 2012.
Ayer escuché en la radio algo que me pareció una gran verdad. El día de San Jordi, o día del Libro o lo que queráis llamarle es uno de esos momentos en los que personas que no han comprado un libro en todo el año van y compran uno, por lo general de renombre, y lo llevan a casa para dejarlo guardadito, o como objeto decorativo (qué bien queda el último del Ruiz Zafón al lado del pisapapeles del Big Ben…). Para mí, son como aquellos que van al cine sólo cuando estrenan «La última de Almodóvar», porque queda superguay.
Bueno, es posible, pero donde yo vivo se regalan. Teniendo en cuenta que las que regalan son las mujeres y ellas tienen el cerebro mucho más desarrollado suelen comprar con inteligencia.
Así pues, al llegar a casa por mi parte tenía el Salvation’s Reach que por supuesto voy a leer. Las chicas de la oficina regalaron también sus libros, pero sopesaron al Neandertal que tenían por compañero y realizaron las compras apropiadas, aquí dejo la lista: Un libro de chistes, algo ligero y cachondo en plan autoayuda con toques verdes, el libro del equipo de fútbol preferido, una recopilación de cómics en tapa dura y una novela del autor preferido de la pareja. Hay lectura para todos los gustos y te diré que ellas muchas veces piden su libro, será que lo quieren leer.
No conozco a nadie que compre libros para utilizarlos de pisapapeles, pero si que conozco gente que compra libros por ser los que venden mas y es lo único que leen. La compra sin criterio también es para tenerla en cuenta. Mi criterio puede ser una basura, y seguramente lo es, pero por lo menos tengo las ideas claras. En eso si te doy toda la razón, el sistema de borregos a la carga no me gusta.
La hermana de un amigo mío se apuntó al Círculo de Lectores cuando se compró la casa, para ir rellenando las estanterías. Verídico. De hecho, le pagaba a mi amigo los libros que él quería… le daba igual de qué fueran.
Yo tengo muchos libros en casa que, aunque no haya leído, aguardan el honor de ser tocados algún día… que para eso se compran, leches.
Buena tradición esa de Sant Jordi, aquí en Madrid eso no se lleva y es una lástima.
Yo el único San Jordi en el que llegué a creer fue en San Jordi Villacampa
Bueno, también está San Jordi Tarrés el del trial y tengo un cassete de gasolinera de un tío que contaba chistes verdes y se llamaba el Jordi (Santo Varón). Ah! y Kuato…digo Jordi Pujol.
Uy, y no te olvides de Jordi Hurtado
Jordi Hurtado es inmortal, cuidado con pronunciar su nombre.
Y el fenecido Jordi Estadella, y Jor-di-El, el padrastro catalán de Supermán.
Kiko, tu tienes muchos libros sin leer, pero también tienes juegos de la xbox sin abrir, así que lo tuyo es otra cosa. Algunos lo llaman compra compulsiva.
Me has calao 🙂