Que el guionista Garth Ennis odia a los personajes super-heroicos es harto conocido. Sólo hay que leer, por citar un ejemplo, su etapa en «The Punisher» para verle ridiculizar a superhéroes tan conocidos como Daredevil, Spiderman o al mismísimo Lobezno. Pero en esta serie de «The Boys» (que podríamos traducirlo algo así como «Los Chavalotes») va un escalafón más allá en su sátira contra esos personajes con poderes, llegando a extremos sumamente radicales. Y es que lleva ese concepto del término «superhéroe» hasta un punto que roza la hipocresía más absoluta, el cinismo e incluso hasta la depravación. Sólo hay que ver cómo representa a los componentes del grupo de superhéroes mas poderoso del mundo como una auténtica panda de hipócritas a cual más odioso. Y es que el argumento del comic es un tanto curioso…; digamos que se basa en la famosa y conocida premisa de «WHO WATCHES THE WATCHMEN»? (¿quién vigila a los vigilantes?), del cómic titulado: WATCHMEN (el mejor comic de superhéroes para muchos).
La diferencia es que en este comic de Ennis se lleva esta premisa hasta el extremo más «gamberro» y chabacano que os podáis imaginar. Por otra parte, este peculiar enfoque deja también de lado la premisa de los comics de Marvel en la que el superhéroe es un persona altruista y responsable que hace lo que cree correcto, dando primacia ante todo a la seguridad de las personas.
De esta forma, Garth Ennis nos presenta un concepto totalmente opuesto, es decir…, nos da una visión de estos super-tipos enzarzados una y otra vez en refriegas sin importarles el convertir el centro de una ciudad en un campo de batalla e importándoles un bledo el número de bajas civiles que puedan dejar después de una de sus peleas. Por este motivo, es decir…, el grado de «desmadre» al que están llegando estos seres superpoderosos, es por lo que una organización, bajo el amparo del gobierno americano, se verá en la obligación de formar este curioso grupo de «chavalotes» con pintas barriobajeras para mantener a los héroes a raya, y dejarles claro que si se sobrepasan en sus actos van a sufrir las consecuencias. Como os podéis imaginar, este selecto grupito está compuesto por los tipos más estrambóticos que os podáis echar en cara (ya que hay que estar poco cuerdo para «trabajar» en algo así). El jefe de todos ellos es un cabronazo al que apodan «el Carnicero» (Billy para los amigos), acompañado por otros tipos la mar de curiosos como «el Francés» (un tarado que habla con su café), «Leche Materna» (un cacho negraco de 2 metros) y «la Hembra» (una muchacha parca en palabras). Contarán además con la ayuda de «Wee Hughie» un escocés cuya novia murió accidental y brutalmente en una de esas refriegas entre tipos superpoderosos y por esta razón sus motivaciones pueden hacer de él un buen «fichaje» para el grupo.
Comentar también el magnífico trabajo qe hace el dibujante Darick Robertson, que ya dejó patente su gran nivel en la magnífica «Transmetropolitan». Y es que su estilo práctico y contundente hacen de cada una de las viñetas un auténtica delicia visual. Una vez más hace gala de su gran detallismo con su toque caricaturesco y ridiculizador cuando la ocasión lo merece, y con el que queda muy bien plasmado el grado de depravación que hay en la historia que Ennis nos quiere contar. Y reseñar por último una noticia que he encontrado sobre esta serie y que dice que «es tal el grado de violencia que va adquiriendo la historia en cada número lo que ha motivado a la editorial «DC» a no continuar publicando esta serie. Lo visto en el sexto número de la serie habría sido la gota que colma el vaso para el presidente de DC, quien no es muy amigo de que se mezclen superhéroes con grandes dosis de violencia extrema». Todo esto, sin embargo, parece que no supondrá el fin de The Boys, ya que los derechos de la serie pertenecen a sus autores, lo cuál permitiría que la serie fuera publicada por otra editorial.
De esta forma, Garth Ennis nos presenta un concepto totalmente opuesto, es decir…, nos da una visión de estos super-tipos enzarzados una y otra vez en refriegas sin importarles el convertir el centro de una ciudad en un campo de batalla e importándoles un bledo el número de bajas civiles que puedan dejar después de una de sus peleas. Por este motivo, es decir…, el grado de «desmadre» al que están llegando estos seres superpoderosos, es por lo que una organización, bajo el amparo del gobierno americano, se verá en la obligación de formar este curioso grupo de «chavalotes» con pintas barriobajeras para mantener a los héroes a raya, y dejarles claro que si se sobrepasan en sus actos van a sufrir las consecuencias. Como os podéis imaginar, este selecto grupito está compuesto por los tipos más estrambóticos que os podáis echar en cara (ya que hay que estar poco cuerdo para «trabajar» en algo así). El jefe de todos ellos es un cabronazo al que apodan «el Carnicero» (Billy para los amigos), acompañado por otros tipos la mar de curiosos como «el Francés» (un tarado que habla con su café), «Leche Materna» (un cacho negraco de 2 metros) y «la Hembra» (una muchacha parca en palabras). Contarán además con la ayuda de «Wee Hughie» un escocés cuya novia murió accidental y brutalmente en una de esas refriegas entre tipos superpoderosos y por esta razón sus motivaciones pueden hacer de él un buen «fichaje» para el grupo.
Comentar también el magnífico trabajo qe hace el dibujante Darick Robertson, que ya dejó patente su gran nivel en la magnífica «Transmetropolitan». Y es que su estilo práctico y contundente hacen de cada una de las viñetas un auténtica delicia visual. Una vez más hace gala de su gran detallismo con su toque caricaturesco y ridiculizador cuando la ocasión lo merece, y con el que queda muy bien plasmado el grado de depravación que hay en la historia que Ennis nos quiere contar. Y reseñar por último una noticia que he encontrado sobre esta serie y que dice que «es tal el grado de violencia que va adquiriendo la historia en cada número lo que ha motivado a la editorial «DC» a no continuar publicando esta serie. Lo visto en el sexto número de la serie habría sido la gota que colma el vaso para el presidente de DC, quien no es muy amigo de que se mezclen superhéroes con grandes dosis de violencia extrema». Todo esto, sin embargo, parece que no supondrá el fin de The Boys, ya que los derechos de la serie pertenecen a sus autores, lo cuál permitiría que la serie fuera publicada por otra editorial.
Éste seguro que me molaría, ver como unos pandilleros machacan a los típicos superheroes tiene q ser flipante.
¡Muy bueno el artículo! sigue así
Joder, escribes tú más que el dueño ô_O