Todo el que me conoce un poco es sabedor de que los únicos coches que tolero son los de los «caballitos» de la feria de mi barrio, pues todo lo que tiene que ver con bugas me lo paso por el ojete (si ni siquiera tengo carnet de conducir, a pesar de la insistencia de cierta colegota mía que me dice asiduamente que deje de ser un gilipollas y que me lo saque de una puta vez). El caso es que a pesar de pasarme por el forro todo lo que tiene que ver con coches me gustan las pelis de la saga de A todo gas (así de tío con hechuras de chulazo soy, qué pasa coñe…).
Y es que desde aquellos films de Herbie (con Herbie Torero a la cabeza, por supuesto) no veía una saga de pelis de coches tan molona como la protagonizada por el bueno de Vin Diesel, un crack que con papeles de «malote entrañable» como el de Riddick o el del gran Dominic Toretto se ha ganado un hueco en el corazoncito de todos los fans de sus películas por su peculiar forma de repartir ostias y de demostrar que para chulo sus cojones. Por todo lo comentado era inevitable que la muchachada de este blog acudiéramos a presenciar la sexta parte de la saga…
Y antes de continuar la reseña dedicaremos unos minutejos a responder la pregunta que se harán muchos sobre el hecho de si merece la pena ir a ver esta sexta entrega si no has visto las pelis anteriores o no recuerdas ni una mierda de ellas porque hace un porrón de tiempo que las viste o porque el alzheimer te gana terreno cada día. Pues fíjate tú que yo diría que la respuesta es sí, porque el colega que se vino conmigo al cine sólo había visionado las dos primeras (y encima hace un porrón de tiempo) y salió de la sala el tío con una sonrisa de oreja a oreja emocionado por lo que acababa de presenciar.
Bien es cierto que a lo largo de la saga ha habido cierta evolución entre las relaciones e interacciones entre algunos de los protagonistas y apariciones de nuevos personajes, pero ya se sabe que en lo que se refiere a las pelis de A todo gas uno no va a ver estos films por su argumento ni polladas de esas, sino por el simple hecho de presenciar una sucesión constante de cochazos, tías buenas y ostias a tutiplén. Y esta nueva entrega será curioso ver al equipo de Toretto trabajando del lado de la ley cuando el duro poli Hobbs (Dwayne Johnson) le pida ayuda para atrapar a una banda de letales conductores mercenarios que están sembrando el caos por todo el mundo.
Así que imaginaos el percal cuando los muchachos de Toretto tengan que vérselas con una banda de locos del octanaje casi tan buenos como ellos. Ello da pie a un film que hará las delicias de todo aquel que acude a ver este tipo de largometrajes con la única idea de pasar 130 minutazos de acción, conducción temeraria, acrobacias, peleas, tiros y unos carracos que flipas. Además las escenas de acción están muy bien repartidas a lo largo del metraje y cada una de ellas es más espectacular que la anterior, dando lugar a un ritmo in crescendo del film hasta llegar al espectacular enfrentamiento final entre ambos grupos.
En cuanto al reparto poco hay que comentar, pues todos los fans de la saga ya conocen más que de sobra a los sempiternos Vin Diesel, Paul Walker, Tyrese Gibson, Ludacris o Gina Carano, a los que se les unirá nuevamente el bueno de Dwayne «The Rock» Johnson (en un papel todo lo contrario al del pertinaz poli que iba tras la banda, pues esta vez tendrá que colaborar con ellos). Y veremos además la vuelta a la saga de Michelle Rodriguez, más que encasillada en esos papeles de «marimacho» con malas pulgas pero hay que reconocer que le quedan como anillo al dedo.
En definitiva, puede que A todo gas 6 sea más de lo mismo, pero bien es cierto que hará las delicias de todos los apasionados de la saga que acuden a la sala a presenciar cine palomitero de ostias y acción con la única intención de quitarse el estrés de la semana. Y para todo aquel que crea que hacer más pelis de esta saga es algo que ya sobra, que se espere a ver el finalazo de este film, pues ciertamente te dejará con ganas de que hagan la séptima parte a la de ya. Al menos mi colega y yo salimos de la sala de cine con esa sensación tras quedarnos piruletas con ese pedazo de finalazo…