Hace algún tiempo comentamos algo sobre el Leijiverso donde se movían personajes como el gran Capitan Harlock o Queen Emeraldas. Como seguidor de Leiji Matsumoto me veo en la obligación de sacar el tema del Acorazado Espacial Yamato (Uchū Senkan Yamato), y aunque el anime es lo que hizo famosa la nave de Okita, esta vez hablaremos sobre la película.
No es curioso que la nave tenga forma de barco teniendo en cuenta otras naves que viajan por este universo de Leiji. El nombre Yamato hace referencia de forma inequívoca al “acorazado Yamato”, que fue hundido en la segunda guerra mundial y que su historia en el Japón siempre será recordada de forma heroica. En esta película también dejan caer esa similitud de forma bastante explícita.
Estamos en el 2199, los Gamilianos han atacado la tierra lanzando unos asteroides desde el espacio, la radiactividad lo envuelve todo y la vida se ha trasladado al subsuelo. Cuando la humanidad está cerca de la extinción aparece la esperanza. El análisis de una cápsula de comunicaciones que viene del planeta Iskandar en la nube de Magallanes, informa que hay una forma de eliminar la radiación que en un año matará a todo ser vivo.
Un grupo de elegidos deberá viajar en la Yamato, una nave tecnológicamente avanzada, rápida (utilizando los vórtices) y con armamento fuera de lo común (el cañón de ondas es lo más).
Entre los voluntarios están los conocidos Kodai Susumu, el capitán Okita, Mori, la doctora Sado y su gato, el oficial mecánico Tokugawa, todos ellos son los héroes de está película que lucharan contra los Gamilianos durante el viaje a Iskandar.
Esta Space Opera japonés cuenta con todos los elementos que se pueden esperar en un metraje de este tipo. Una mezcla de Galactica y Star Trek con unas pinceladas de drama y heroísmo como solo los japoneses saben hacerlo. Esas escenas sobrecargadas que podemos encontrar en películas del estilo, también las vamos a encontrar metidas con calzador. Eso sí, no me esperaba el rumbo que tomaría al final…