Resulta irónico que un juego que se llama I’m alive tenga pinta de que saldrá a la venta cuando estemos todos muertos, no me jodas. Y es que hace ya mucho tiempo (alguno de vosotros ni habíais nacido) navegando por la red buscando pornacas seguramente, me encontré el trailer de presentación de ese videojuego mencionado y me hicieron los ojos chiribitas. Pues bien, a fecha de hoy el jodío juego sigue sin haber salido a la venta y sin visos de que su aparición en tiendas sea algo inminente.
Además documentándome para hacer este post me he encontrado la noticia de que corre el rumor de que es posible que acabe siendo un juego de descarga digital. Sea como fuere, yo sigo esperando a que algún día se desvele la fecha de salida de I’m alive, a ser posible antes de que el Parkinson haga grandes estragos en mi pulso y me impida sostener el mando de la Xbox debido al inexorable paso del tiempo. Como digo, yo mientras tanto seguiré ansiándolo cual jovenzuela que arde en deseos de que llegue el día en el que su amado vuelva de la guerra contra los prusianos.
Pero me figuro que muchos os estaréis preguntando a qué se debe tal estado de inquietud por el jodío juego. Pues bien, a todos esos incrédulos les pediré muy amablemente que por favor echen un vistazo al vídeo adjunto, y así entenderán mi estado de nerviosismo.
Menuda pintita tiene, ¿eh?. Por lo que he podido documentarme el juego nos pondrá en el pellejo de Adam Collins, un ejecutivo de Chicago de 27 años. Su vida es tan normal como la de cualquier otro: sale con una chica, Alice, y está contento con su trabajo de oficinista. No obstante todo dará un salvaje vuelco cuando se ve sorprendido, junto al resto de los ciudadanos de esta gran urbe norteamericana, por el ataque del más devastador de los enemigos que ha conocido el ser humano: la madre naturaleza. Un juego que aúna el género del «survival-horror» con el cine de catástrofes al más puro estilo Armageddon o Monstruoso, y en el que la suculenta combinación de terror, suspense y misterio nos garantizarán buenas horas de vicio. ¿Que algún día lo veremos?. Pues no sé chico, no te digo yo que no. Mientras tanto un servidor seguirá esperando notando cómo le crece la barba por momentos mientras llega el tan ansiado día.