Análisis: Clash Of Clans

El alto nivel de carga que mantengo en el trabajo y los demás quehaceres del día a día (básicamente, tomar birras día sí y otro también con mi amigo canario) han hecho mella en mis apariciones en este santo blog. Todas estas mierdas han hecho que mi colega el Sr Griter y yo tuvieramos que postponer los Lunes Molones hasta mejor ver (esperemos que podamos recuperarlos pronto) y que mi ocio decaiga por momentos, por lo que pocas cosas interesantes puedo comentar por aquí. Pero voy a hacer una pausa en mi ajetreado día a día para hablaros de un juego mierdero que me tiene enganchado como a un perrillo en celo a la pierna de una jamona. Seguro que más de uno habrá escuchado cosas sobre un de los juegos para móviles que más pasta se llevan a diario en la App Store y en el Google Play. Vengo a hablaros de: Clash Of Clans.

Y cuando digo mierdero es simplemente porque el puto jodido juego engancha que no veas. Me lo recomendó un amigo y enseguida le vi el tufillo a OGame (¡oh!, la de horas que le metí en su día). Mi sentido arácnido, que ya no es el que era, me avisaba que podía pasarme horas y horas mirando el móvil con un juego de estas características. Pero no sé si fue por las cervezas que llevaba encima ese día que decidí darle una oportunidad. Mala idea.

Clash Of Clans, desarrollado por Supercell, apareció por primera vez en la App Store durante el verano del 2012. Más tarde haría su desembarco en la tienda de Google en Octubre de 2013, que es precisamente la versión que yo he probado. Para el que desconozca la mecánica, diré que se trata de un juego de estrategia donde iremos construyendo una aldea y colocando una serie de defensas con el objetivo de evitar que otros jugadores nos roben nuestros preciados recursos. Los recursos básicos del juego son el elixir y el oro, cada uno importante para mejorar los distintos elementos de nuestro poblado y la forma de conseguirlos es, básicamente, mediante minas que podremos levantar o atacando a otros jugadores. Por supuesto, la forma más rápida será reventando otros poblados.

Mi aldea con ayuntamiento nivel 5.

Y entra aquí la parte más divertida del juego: la defensa y el ataque. Ambas son totalmente complementarias y necesarias para avanzar de una forma continuada. Será básico comprender todas las construcciones de defensa que podremos fabricar en nuestro poblado y la disposición de éstas y los muros para evitar que las unidades enemigas nos roben algo de recursos. Y para cerrar el círculo, tendremos que atacar a otros jugadores para intentar llevarnos todo lo que podamos de su aldea y utilizar esos recursos para mejorar la nuestra. El sistema de ataque es bastante interesante, dado que la búsqueda de enemigos se hace de forma aleatoria (siempre balanceado dependiendo de nuestro nivel, para que no nos salgan enemigos muy débiles o extremadamente poderosos) y sólo podremos atacar (y los demás jugadores atacarnos a nosotros) cuando no estén conectados al juego.

La defensa de nuestra aldea y el ataque a la de otros jugadores esconde un nivel de estrategia bastante coherente. Tendremos a nuestra disposición diferentes tipos de unidades que iremos desbloqueando o mejorando según vayamos incrementando el nivel de los diversos edificios y que serán más o menos efectivas dependiendo del tipo de defensas del pobre diablo al que estemos atacando. Cada vez que nos dispongamos a atacar a otro jugador, tendremos que pensar si seremos capaces de avanzar por sus defensas con las tropas que podamos usar o si es mejor intentarlo con otro. En el momento que ataquemos, las decisiones que tomemos y cómo usemos entre sí nuestras unidades, desenlazarán en nuestra victoria o derrota, o simplemente el robo de recursos que tengamos en mente.

Unas cuantas unidades de ataque que usaremos para encular a nuestros enemigos.

Pero claro, todo esto es muy bonito, y siendo un juego gratuito hay que pensar cómo Clash Of Clans es uno de los juegos que más dinero generan actualmente dentro del panorama móvil. No hay que ser muy aguililla para darse cuenta de que todo está orientado a que nos dejemos la pastuqui. Los edificios o mejoras que hagamos en nuestra aldea requerirán de un tiempo de construcción, cronometrado en tiempo real, que como es lógico irá incrementando según vayamos avanzando de nivel. Hablamos de tiempos de construcción que en niveles altos pueden suponer días, pero que podremos acelerar si gastamos un recurso del que no he hablado todavía: las gemas. Las deseadas gemas se consiguen a cuentagotas durante el transcurso del juego: ni se generan ni se roban, simplemente el juego nos las regala eliminando obstáculos de nuestra aldea, que como es de entender, son muy escasos. Un forma rápida de conseguirlas será tirando de billetera.

Mu humilde aldea actual, de ayuntamiento 7.

Si el tiempo de construcción o mejoras de nuestra aldea ya es de por sí un engorro, se une a esto un nuevo problema: para poder hacerlas necesitaremos de unas unidades especiales llamadas Contructores. Dichos constructores no se pueden generar de ninguna forma que no sea gastando gemas, por lo que tendremos que usarlas con mucho mimo si no queremos dejarnos los ahorros de la semana. Estaba claro que tarde o temprano saldría a la palestra en este texto la forma en la que SuperCell ha hecho de Clash Of Clans su enorme y potente gallina de huevos de oro. Como es lógico, llega un punto donde avanzar en el juego se hace pesado. Muchos tiempos de espera para conseguir mejoras y pocos constructores para simultanearlas, por lo que muchos tiran por el camino fácil y compran gemas para ahorrarse mayores quebraderos de cabeza.. Hay que dejar claro, como punto a favor, que el juego permite avanzar sin necesidad de gastar ni un duro, pero como es lógico, todo se hará más lento y pesaroso.

En definitiva, uno de los juegos que más éxito están teniendo ahora mismo en los smartphones (junto con mi odiado Candy Crush) y que hará la delicias de todos aquellos a los que les guste estar pendiente de su móvil a todas horas. Para más inri, la última actualización del juego hace posible la guerra entre clanes, que no he tenido tiempo de probar, pero promete muchos piques y mucha más unidad de los clanes. Y más tiempo de dedicación. Pero qué coño, que es gratis. O no…