Análisis: The Walking Dead

No soy muy defensor de los videojuegos basados en películas y series, dado que normalmente aprovechan el tirón que les proporciona el nombre de la marca que representan para crear un producto de una calidad cuestionable. Pero es que en esta casa no podemos resistirnos a todo lo que tenga que ver con zombies y demás mierdas, ya sabéis. Como fans que somos de la novela gráfica de Robert Kirkman (no tanto de la serie, porque no tienen pelotas a hacerla tan cruda como el cómic) no pude evitar pillarme el juego de The Walking Dead en una de esas ofertas de Steam de hace unos meses. Y señores, la gente de Telltale Games ha hecho un producto sobresaliente. Ansioso estaba ya de que saliese el último episodio del juego para poder disfrutar del final que nos tenían preparados los chicos de Telltale Games. El juego está dividido en varios episodios y como suele ser habitual en los juegos de esta compañía, los iban sacando cada cierto tiempo. Y es que el final de cada capítulo te deja con ganas de más… mucho más.

La historia que se nos plantea en el juego es paralela a la situación que viven Rick y sus compañeros en la obra de papel. Tomaremos el papel de Lee, que se encuentra con todo el meollo mientras es transportado en un coche patrulla. Al poco de descubrir lo que está pasando con la humanidad, Lee encontrará una pequeña muchacha, llamada Clementine, a la que tomará bajo su tutela con la promesa de encontrar a sus padres. Aquí comienza la aventura de ambos personajes hacia la ciudad de Savannah. Por el camino, como es lógico, tendrán que lidiar con zombies y con lo mejor y peor de la humanidad. Seremos testigos durante nuestra aventura de la crudeza de un mundo en decadencia y de lo crueles que podemos ser los seres humanos cuando nuestra vida y existencia se sitúa en el límite. Pero no todo es malo, dado que iremos encontrando por el camino personajes que se unirán a nuestro grupo y nos facilitarán nuestro propósito.

Los momentos difíciles serán el pan de cada día

Como ocurre en la novela gráfica, pronto nos daremos cuenta que los zombies son simples personajes secundarios y donde realmente está la miga será en la relación que mantienen entre sí los distintos protagonistas, además de los encontronazos que tendrán con los humanos que van encontrando según avanza el juego. Porque como todo amante del género zombie sabe (y hablo de zombies lentos, no de infectados rabiosos), los pobres cadáveres andantes son lentos y estúpidos, y el mayor peligro que entraña un holocausto de este calibre será la pérdida de humanidad de la raza humana.

El punto más fuerte de la aventura, por tanto, será nuestra habilidad en establecer los lazos de nuestra relación con los demás integrantes de nuestro grupo. Cada uno tendrá su personalidad y su forma de actuar, por lo que tendremos que elegir nuestros actos en consecuencia. Porque el aspecto más importante del juego será que tendremos la posibilidad, o la obligación, de tomar decisiones que marcarán el rumbo de la historia a lo largo de los 5 episodios de los que consta. Nuestros actos provocarán la muerte o la salvación de otros integrantes del grupo, lo que nos obligará a ser hábiles de pensamiento a la hora de elegir en los pocos segundos que se nos otorgarán para tal decisión.

No faltarán los momentos de acción donde aporrearemos teclas

Si a los bonitos gráficos estilo cómic, que le sientan como un guante, añadimos que empaticemos con muchos de los personajes secundarios (cosa que no conseguía sentir desde hace bastante tiempo con unjuego), provoca que The Walking Dead se nos meta tan adentro que sentiremos con dolor la pérdida de algunos personajes. Es tal la habilidad que han demostrado los chicos de Telltale Games a la hora de tocarnos la patata con el juego que incluso he llegado a leer por twitter gente que ha llorado con el final del juego. Yo no diré si lloré o no, pero joder, te deja totalmente vacío por dentro.

Quizás el único apunte negativo que se le podría achacar al juego es que los duchos en las aventuras gráficas encontrarán en The Walking Dead una aventura con una jugabilidad algo limitada. Aún recuerdo cómo las aventuras gráficas clásicas hacían que nos estrujásemos los sesos por la cantidad ingente de objetos, diálogos y puntos de interacción en pantalla con los que teníamos que lidiar.

Y no serán pocas las veces que seremos pasto de los zombies

Da la sensación que durante los últimos tiempos este tipo de género ha ido suavizando todas estas mecánicas a favor de un juego mucho más directo, donde la interacción del jugador se cuenta con los dedos de la mano, o simplemente son tan evidentes que no suponen un reto para nosotros. Este es el punto en el que más adolece The Walking Dead, que lo convierten en un juego fácil y que posiblemente nos dejará la sensación de que hemos estado viendo una película interactiva en la que hemos participado en momentos puntuales. Pero eso sí, una película interactiva cojonuda que nos absorbe desde el primer momento y que nos hace protagonistas de excepción.

En definitiva, posiblemente uno de los mejores juegos del año. No deberías perder la oportunidad de jugarlo, sobre todo teniendo en cuenta que ha estado en oferta varias veces. Bravo Telltale, estoy deseando que salga su secuela.