Siempre he pensado que entre tanto juego AAA siempre es bueno tomarme un descansito y dedicarle unas cuantas horas de mi preciado tiempo libre a esos juegos indie que, aunque no se caracterizan por un derroche a nivel gráfico o argumental, siempre ofrecen un granito de originalidad que se agradece. Y es que después de tirarme unas cuantas horas paseando por Venecia jugando al Assassin’s Creed 2 (que aunque lo empecé bastante reticente al final me gustó) me puse a indagar en mi querida librería de GOG para ver qué podía catar. En esta ocasión me dio por instalar Waking Wars, un juego del que casi no conocía nada, aunque recordaba que me gustó bastante su aspecto gráfico después de ver varios pantallazos.
Waking Mars es una juego de plataformas, producido por Tiger Style, en el que tomamos el papel Liang, uno de los miembros de una expedición a Marte cuyo cometido es explorar un sistema de cuevas donde se ha extraviado uno de nuestros robots. Durante el transcurso de la misión observaremos que las cuevas guardan un importante secreto: la existencia de vida. Pero no en forma de enanos cabezones y ojos grandotes, si no que el ecosistema que descubriremos estará basado principalmente en unas plantas que en el juego se llaman Zoa.
Penes móviles con pinchos y el glande azul. Bonita vida de Marte.
Ayudados por un jetpack, tendremos que volar por los intrincados sistemas de cuevas interactuando con los Zoa para poder avanzar en la curiosa (aunque no muy reveladora) historia que guarda el juego. Aquí no hay tutoriales donde se nos enseñe a jugar, si no que tendremos que ser nosotros mismos los que, a base de prueba y error, descubramos las relaciones entre los distintos tipos de plantas y cómo responde cada una de ellas a los numerosos tipos de semillas que vayamos encontrando. Tendremos que entrometernos en la evolución del bioma para conseguir nuestro propio propósito, dado que tendremos que intentar conseguir el nivel de biomasa máximo en cada uno de los niveles subterráneos. Cada tipo de planta creado nos dará una cantidad de biomasa, por lo que deberemos elegir con cuidado dónde poner cada tipo de planta y sus vecinas, intentando conseguir un sistema estable que no termine con todas las Zoa del nivel aniquiladas.
Tendremos que pensar cómo colocar a los Zoas, para que su interacción nos sea provechosa.
El juego termina siendo bastante fácil según nos acercamos al final (muchas veces sólo tendremos que dejar actuar a la naturaleza), aunque sí que es cierto que llegar al final bueno (todas la salas al máximo de biomasa) puede hacernos sufrir un poco. Si bien el juego es bastante simple en concepto y que la historia no es la repolla, a mí el juego me consiguió enganchar sólo por ver qué secreto escondían las profundidades de Marte. Eso sí, como decía al principio del post, se agradecen propuestas que se salgan de la tópica general de pegar tiros a diestro y siniestro.
En definitiva, un juego que me ha resultado bastante curioso y ameno, pero que, según vamos avanzando hacia el final, puede que peque de pesado si intentas conseguir el máximo de puntuación en todos los niveles.
Yo soy más de Veronica mars.