Anarchy: La noche de las bestias

Sí bueno, para noche de las bestias los pifostios que montamos los redactores de este blog cada vez que nos ponemos piripis y empezamos ahí a quemar papeleras a lo bonzo, destrozar cabinas de teléfono o patear cubos de basura. Pero todas estas burradas son mariconadas dignas de colegialas o de los putos niños cantores de Viena comparado con cómo se las gastan «los bestias» de este film durante esa noche al año en la que prima la anarquía sin miramientos.

Me imagino que los más frikazos del lugar recordaréis que hace un par de añitos hizo grandes estragos en la cartelera un más que discreto film que rodado con un presupuesto de 3 millones de dólares logró recaudar casi 90 millonazos. Como es de suponer, una cinta que tiene tal exitazo es normal que tenga una secuela para ver si ese tremendo pelotazo vuelve a repetirse y debido a ello ya tenemos desde hace unos días en las salas de nuestro país este film, en el que asistiremos a otra de esas purgas bestiales en las cuales durante una noche al año todo está permitido a la hora de hacer gala de la violencia más exacerbada…

Para todos aquellos que no vieran en su día la primera parte les diremos que el argumento se ambienta en una época en la que el crimen hace estragos en Estados Unidos y las cárceles están llenas. El gobierno decide que una noche al año, durante doce horas, cualquier actividad criminal, incluso el asesinato, será legal. No se puede llamar a la policía, los hospitales no admiten pacientes, los ciudadanos deben arreglárselas solos porque cometer un delito no está castigado. Durante esa noche plagada de violencia, hay que saber cómo actuar cuando un extraño llama a tu puerta.

Nosostros recién «levantaos» más o menos somos así

Pues bien, ante este argumento he de decir que cualquier espectador que presencia estas «purgas» seguramente no podrá evitar pensar en el hecho de que al paso al que vamos y con la mierda de políticos que tenemos actualmente no es descabellado creer que algún día el gobierno legalice una movida de estas. Y es que tal medida anual que narra el film suele conllevar la eliminación de los pobres, los necesitados, los indigentes, enfermos y demás gente que son una carga para la sociedad (miembros no contribuyentes cuya eliminación supone una bajada de la delincuencia y del paro, de manera que así la economía prospera). Ni que decir tiene que el film toca también la idea de que el ser humano es violento por naturaleza, y esa noche de purga es concebida por otras personas como el momento ideal para liberar esa hostilidad que llevamos dentro y poder acabar con cualquiera a quien odiemos o por quien sintamos envidia.

Escabechina en 3, 2, 1…

Todos estos elementos hacen de esta secuela un entretenido thriller que continúa esa estela de violencia que vimos en su predecesora, con la salvedad de que si en aquella la totalidad del film nos narraba las vicisitudes de una pobre familia atrapada en su casa durante una de estas purgas, en esta segunda parte, en cambio, el protagonismo recae en tres grupos de personas distintos cuyos destinos se verán entrelazados de una manera por la cual todos ellos deberán colaborar entre sí para poder sobrevivir a esta dura noche en las calles de una ciudad que derrocha violencia a raudales.

Los chulos del barrio

Y en entre todo este plantel de supervivientes destacará el personaje interpretado por Frank Grillo, un anti-héroe atormentado, el cual en un principio tenía la intención de usar la anarquía de esa noche para vengarse de alguien a quien odia, y al final por azares del destino acabará ejerciendo de «niñera» de un grupo compuesto por unas pobres personas que por distintos motivos se han visto atrapados (sin ellos quererlo) en medio de ese halo de depravación que rezuma la noche de la purga.

Así andan muchos de noche por el castizo barrio de Vallecas

En definitiva, Anarchy: La noche de las bestias es un film que desde este humilde blog te recomendamos si eres de los que disfrutan medianamente con los thrillers que contienen las suficientes dosis de tensión para que no decaiga el interés y que saben mantener un buen ritmo a lo largo del metraje. Una cinta que para mi humilde gusto se explaya magníficamente en la idea de que el ser humano es violento por naturaleza y que al paso al que vamos quién sabe si algún día los ricos llegarán a usar a los pobres de la manera que muestra esta película. Esperemos no estar aquí para verlo, pardiez…