He de confesar que no soy lector de los libros de este grandísimo escritor estadounidense, pero ciertamente me agradan las adaptaciones que se hacen de obras suyas al séptimo arte (las películas de La Niebla o La Rebelión de las Máquinas me encantaron) o al mundo del cómic. A colación de este último medio mencionaré aquella obra suya titulada La Torre oscura, que hace ya un tiempo fue adaptada al noveno arte y publicada en nuestro país de la mano de la editorial Panini.
Es por ello que en esta reseña que nos ocupa me gustaría recomendar esta obra titulada Apocalipsis, la cual ya fue publicada hace un cierto tiempo por la antes mencionada Panini en seis bonitos y lujosos tomos y que vuelve a traernos nuevamente en esta edición en tapa dura, cuyo primer número recopila los dos primeros tomos de la edición anterior. Sirve a modo de prólogo inicial para una historia de decadencia y de caída de la sociedad tal y como la conocemos y su consecuente derivación hacia una lucha maniqueísta entre el bien y el mal por parte de esos poquísimos sobrevivientes que quedarán. Pero no adelantemos acontecimientos y veamos qué es lo que nos ofrece este primer tomo.
Y es que tal y como se comenta en su introducción, solemos tener miedo y pavor a todo tipo de monstruos o engendros fantásticos e imaginarios que se nos muestran en muchas películas, pero si uno lo piensa fríamente no hay nada más terrorífico que un mal mucho más “real” que nos puede afectar a todos y cada uno de nosotros en cualquier momento: las enfermedades que se desarrollan dentro de nuestro organismo (sólo hay que recordar la que se armó hace unos años con todo ese tema de la Gripe “A”). Pues bien, este tomo va a explotar ese miedo de muchos a la propagación de una enfermedad mortal e incontrolable y que en la historia que nos ocupa consistirá en una cepa letal de la gripe común creada por el gobierno, con la particularidad de que tiene un riesgo de contagio altísimo.
Sin duda alguna, los compases iniciales de la historia son lo mejorcito del tomo, concretamente la parte en la que se nos presenta esa enfermedad y los primeros momentos de propagación de la misma. Y es que realmente causa pavor el hecho de observar cómo se relata la forma de extenderse toda esta pandemia (de forma piramidal y en auténtica progresión geométrica), desde su primer infectado hasta los millones y millones que tendrán la desgracia de padecerla sin posibilidad de salvación ni esperanzas. Precisamente por ese índice tan alto de contagios que tiene no es de extrañar que a este virus se le bautice con el nombre de “El capitán trotamundos”.
El hilo argumental de la historia se desarrolla a través de una serie de personajes (unos más principales y otros más secundarios), que se nos van presentando progresivamente a lo largo de la trama por parte del guionista (Roberto Aguirre-Sacasa). Todos ellos están bastante bien caracterizados y poco a poco iremos viendo cuáles poseen una inmunidad natural contra ese virus y cuáles acabarán siendo víctimas de él. Merece la pena comentar también la crítica implícita que tiene la obra por la actuación de las autoridades, el ejército y el gobierno ante una situación de caos que se les ha ido de las manos y que no pueden frenar, por el hecho de estar más preocupados de encubrir su propia mierda al precio que sea, todo ello a base de mensajes tranquilizadores y falsas promesas de esperanza para los infectados.
Además este tomo sirve como presentación de uno de los personajes más reputados de Stephen King, y que no es otro que el conocido como Randall Flagg, un personaje de ficción creado por este escritor y del que suele echar mano en muchas de sus obras como arquetipo de representación “humana” del mal. En este tomo particularmente será descrito como un individuo frío, calculador y devoto de la Oscuridad, cuyos objetivos son típicamente la destrucción y el crear conflictos allá por donde pasa. Ya veremos más detenidamente en las sucesivas entregas qué papel jugará en todo este caos que se ha adueñado del mundo.
En definitiva, un primer volumen de esta edición integral que sirve como carta de presentación para todo este apocalipsis de la sociedad tal y como la conocemos y que pone los cimientos para el resto el desarrollo del resto de la historia en los próximos tomos. Personalmente recomiendo mucho su lectura salvo si eres un pelín aprensivo, porque cuando uno acaba de leerlo se le quitan las ganas de acercarse a menos de 20 metros a cualquier persona que haya emitido un simple estornudo.