Los que no estén muy al tanto del mundillo comiquero al leer eso de Armstrong en el título del post de hoy seguramente pensarán que hoy vamos a hablar sobre ciclistas «dopaos» que llegan a la meta más rápido que lo que tarda Jaime Peñafiel en echar un polvo. Pero no queridos amiguitos, nada más lejos de la realidad, pues Archer & Armstrong es el nuevo título de las series Valiant que ha visto recientemente la luz en nuestro país hace unas poquitas semanas…
Aprovecho esta ocasión que se me brinda para cantar a los cuatro vientos (como el que canta una chirigota en las fiestas de su barriada) que hasta el momento he tenido el placer de degustar todos los títulos de esas series Valiant que se han publicado por estos lares. Y por mi parte debo reconocer que tanto X-O Manowar, como Harbinger y Bloodshot me están resultando colecciones bastante decentes que me he propuesto seguir cual «saliorrazo» que sigue a una chavala que va caminando por la calle con unos pantacas «mu apretaos». Y por si os lo estáis preguntando, Archer & Armstrong ha sido un nuevo ejemplo que me hace reafirmarme en la idea de lo chulas que son estas series Valiant…
Para el que no tenga ni zorra de su argumento diremos que este tomo nos pondrá en el pellejo de Abdias Archer, quien tras cumplir los 18 años será enviado a Nueva York para llevar a cabo la misión sagrada de su familia: localizar y matar al amante de la diversión: ¡el alcohólico inmortal conocido como Armstrong!. Mientras el ingenuo asesino adolescente acecha a su víctima, descubrirá que ambos no son sino peones dentro de una conspiración de siglos de antigüedad que se extiende desde las catacumbas bajo Wall Street a las alturas de la cordillera del Himalaya. Ahora, Archer y Armstrong tendrán que trabajar juntos, si quieren tener una oportunidad de sobrevivir a cierta amenaza del pasado que planea sobre sus cabezas.
Ole qué puntería tiene el chaval
Ciertamente hay que reconocer que se trata de uno de esos argumentos que funcionan sobre todo por la enorme química que hay entre sus protagonistas, totalmente opuestos y antagónicos (algo así como una especie de «extraña pareja»). Y es que el bueno de Archer es un puto pardillo, inocentón hasta la médula, que ha sido manipulado durante toda su vida por su padres, pertenecientes a una antigua secta y que le han llenado la cabeza al pobre muchacho con un montón de bazofia en plan de que es «el elegido» para llevar a cabo una misión muy importante. En cambio, Armstrong es un vividor pendenciero, borrachuzo y buscavidas (cualidades básicas todas ellas para triunfar en Tele5), que en un principio es el objetivo al que Archer tendrá que eliminar, pero poco a poco se irá dando cuenta de que no es tan mal tipo como le habían dicho.
Los protagonistas haciendo el borrico
Todo estos elementos componen una de esas historias repletas de giros en las que las cosas no son lo que parecen y las manipulaciones y las conspiraciones están a la orden del día. Y es que cuando nuestro joven protagonista descubra que es solamente un peón que está siendo manipulado por unos individuos para conseguir ciertos objetivos escabrosos y aviesos, tendrá que dejar de lado su carácter inocentón y unirse a su peor enemigo para hacerse con las piezas de un aparato llamado el Don, que puede destruir la civilización tal y como la conocemos. De esta forma, el mundo de Archer se volverá del revés y tendrá que enfrentarse a sus padres y a sus hermanos adoptivos para hacer lo correcto (y sobre todo para vengarse de ellos por tantos años de llenarle la cabeza con mentiras).
Muchas pelis de Bud Spencer y Terence Hill han visto estos dos
Además otro punto positivo de este tomo es el hecho de que se trata de un cómic con un montón de referencias históricas muy bien insertadas a lo largo del argumento, a colación de la inmortalidad de Armstrong, quien a lo largo de sus 10000 años ha conocido a infinidad de personajes y de lugares históricos a los que se aluden a lo largo de la historia con referencias muy bien documentadas. Por cierto, para los que se pirren por los guiños literarios y cinematográficos hay que decir que este cómic tiene ciertas partes un tanto reminiscentes de El código Da Vinci, con nuestros protagonistas teniendo que ir encajando ciertas piezas con el fin de ir descubriendo pistas que les ayuden a avanzar en su particular cruzada.
Otra cosa a lo mejor no, pero ostias hay un rato
En definitiva, Archer & Armstrong: El Código Miguel Ángel es un muy entretenido cómic que nos mete de lleno en una historia repleta de manipulaciones, conspiraciones en las sombras, cultos secretos y situaciones la mar de divertidas y chocantes debido al contraste de caracteres de sus dos protagonistas. Dos enemigos que se verán forzados a tener que trabajar juntos y a dejar de lado sus diferencias para poder evitar un mal irreparable. Te lo recomiendo…