Eso de asalto al poder es lo que les molaría hacer a un montón de indignados y perroflautas, entrando a la Moncloa y empezando a repartir unas cuantas ostias entre políticos calvorotas, gordacos, barbazas y tías locas. Incluso más de uno achucharían a los perrillos esos que llevan para que se lanzaran a los huevos a morder con mala leche y ensañándose a lo bestia. La verdad es que si hicieran un film sobre asalto al poder aquí en España yo me lo imagino de esta manera y dirigido seguramente por Álex de la Iglesia.
Pero el Asalto al poder al que nos referimos en esta reseña es referente al film recientemente estrenado en cines y que está dirigido por el bueno de Roland Emmerich (al que conoceréis ya por películas tales como 2012, El Día de Mañana e Independence Day, entre otras). Y suponemos que tras este último título este tío debió de cogerle el gustillo a eso de reventar ahí por los aires la Casa Blanca, porque en Asalto al Poder vuelve a liar una escabechina muy seria en este bonito edificio, que seguramente hará llorar a los americanazos más patrioteros con unos mocarracos y unos lagrimonacos del copón.
Para el que a estas alturas no tenga ni zorra del argumento diremos que el film nos pone en el pellejo del policía del Capitolio John Cale (Channing Tatum), a quien le acaban de rechazar en una entrevista de trabajo para entrar en el Servicio Secreto y poder currar protegiendo al Presidente de los Estados Unidos, James Sawyer (Jamie Foxx). Como no quiere decepcionar a su hija, lleva a la pequeña a realizar un tour dentro de la Casa Blanca. En ese momento un grupo de paramilitares fuertemente armados asalta el edificio. Ahora con el tiempo agotándose y el Gobierno de la nación inmerso en el caos, Cale intentará salvar al Presidente, a su hija y al país.
Y ciertamente he de reconocer que mientras veía este film no pude evitar que me viniera a la cabeza aquel clasicote titulado la Jungla de Cristal, pues ciertamente hay momentos en Asalto al Poder que son bastante evocadores de aquella, en el sentido de un protagonista encerrado en un edificio con un buen puñado de terroristas y que es la única esperanza para salvar a los rehenes que tienen allí encerrados. Aparte de esto, el bueno de John Cale tendrá que hacer de «niñera» del Presidente para que no caiga en manos de los terrosritas, a través de un bonito «tour» que nos ofrece Roland Emmerich por toda la Casa Blanca con el que el espectador no puede menos que pensar lo cojonudamente que vive el líder el mundo libre en esa pedazo de casaza que ya querrían muchas de las pobres personas que habitan en pisos de 40 metros cuadrados.
Todo ello hace de Asalto al Poder un entretenido thriller de acción que mantiene un buen ritmo a lo largo del metraje con tiroteos, persecusiones y explosiones por doquier en plan cine palomitero del bueno (algo perfecto si lo que buscas son más de dos horas de acción desenfrenada a raudales). Eso sí, advertiré a todas esas personas que no son dadas a las americanadas y al patriotismo barato que el film tiene algunos de esos momentos a los que los yanquis son tan propensos. Así que si no soportas los largometrajes que hacen gala de ello mejor que no te acerques a este largometraje ni blandiendo un palo…
Por cierto niñas, el protagonista del meollo no es otro que Channing Tatum, que además sale en camiseta de tirantes casi toda la película, lo cual provocará en las jovenzuelas un estado de nerviosismo por el cual seguramente muchas no podrán evitar empezar a restregarse contra la butaca como si fueran osos. Tampoco faltará en bueno de Jamie Foxx en el papel de un enrollado presidente de los EEUU y que aportará algún que otro toque divertido y cómico a todo este drama del asalto a la Casa Blanca. Por cierto, merece la pena destacar también a James Woods, que a sus 66 años está ya cascadísimo y seguramente entre escena y escena lo habrán inflado a Red Bull para soportar el tute. Y en cuanto a la actriz feminina principal tendremos a Maggie Gyllenhaal, esa moza con cara de perro pachón a la que vimos en El Regreso del Caballero oscuro. Por cierto, la niña repelente a la que dan ganas de que los terroristas la dejen seca de un tiro y pare ya de dar por culo es Joey King, y seguramente la veremos en más papeles de niña porculera y brasas, porque le vienen al pelo.
En definitiva, Asalto al Poder es el típico film palomitero perfecto para verlo tras un día de estrés y desconectar de problemas mientras presencias una ensalada de tiros, ostias y explosiones a tutiplén. Todo ello aderezado con un drama familiar y un posible ataque nuclear a Oriente medio que nuestro protagonista deberá evitar, amén de pasarlas putísimas por tener también que proteger al presidente y salvar a los rehenes de la Casa Blanca. Así que si eres permisivo con este tipo de films de marcada tendencia yanqui con tintes patrioteros te la recomiendo, porque como film de acción es bastante espectacular y mantiene el ritmazo en todo momento. A mí me ha gustado, qué coño…