Los más frikis del lugar que vean esta curiosa portada seguramente se estarán preguntando «¿qué cojones estará haciendo ahora este tío gilipollas reseñando un cómic que se publicó por estos lares allá en el año 2000»?. Y la pura verdad es que todos los que os hayáis hecho esa cuestión tenéis toda la razón del mundo, pues Ascension fue uno de aquellos títulos del aluvión de cómics de Top Cow que vieron la luz en nuestro país a principios de siglo.
El caso es que por aquel entonces yo ya era un gran superfrikazo mierdero y me hice con todo lo que se fue publicando de ese mencionado sello editorial, con títulos tan molones como Rising Stars, Spirit of Tao, Fathom, The Darkness y por supuesto la serie que nos ocupa en la reseña de hoy: Ascension. Lo cierto es que a veces hay ciertos cómics que entran en tu casa y se quedan durmiendo el sueño de los justos esperando a ser degustados cual esposa cincuentona que anhela que su marido vuelva a catarla algún día. Pues bien, he de decir que tras trece largos años de espera por fin he leído Ascension…
Lo primero que comentaré sobre esta serie es que se trata de un cómic creado y concebido por David Finch y Batt. Aquí en nuestro país se llegaron a publicar solamente doce números, pues no tuvo demasiado tirón entre los lectores. Allá por yanquilandia creo recordar que la serie llegó hasta el nº 22 (lo que ya no sé es si quedó inconclusa o si ese número supuso el final de la misma). El caso es que los doce números que se publicaron aquí en España recogen dos arcos argumentales, los cuales personalmente no me han parecido tan malos como para que este cómic no calara mejor entre los lectores de por aquel entonces.
Ole qué guapetesss
Y es que todos sabemos que Top Cow ha tenido siempre muy claro lo que le mola a gran parte del público: los tíos chungos con malas pulgas, las tías buenorras de curvas imposibles y aventuras con argumentos simplones pero entretenidos. Pues bien, hay que reconocer que Ascension combina todo ello bajo la historia de una lucha entre el bien y el mal, y un trío de protagonistas que pasaban por allí y que de buenas a primeras se ven metidos de lleno en dicho conflicto. Los mineanos y los dayaks son dos razas en guerra que viven en una dimensión diferente a la nuestra. La primera es una etnia científica y la segunda una guerrera, aunque en el pasado fueron una única raza que se separó en dos con el devenir de los tiempos. Y en su conflicto de siglos, hubo un momento en el que los dayaks crearon un ser tan terrible y poderoso que al final debieron unirse a los mineanos para acabar con él. Cuando lo consiguieron, se deshicieron de toda la información relativa a su génesis para que nadie cometiera su error de nuevo. Pero el tiempo ha pasado, nadie aprende de errores pasados y vuelve a nacer un peligro que amenazará a toda la existencia…
¡Qué bien posa la tía!
Vale, no te digo yo que el cómic no esté repleto de esos ingredientes antes comentados «made in Top Cow». Pero aparte de ello hay que reconocer que Ascension tiene un más que decente desarrollo de la personalidad de su principal protagonista: Lucien Barnes. Y es que a lo largo del argumento asistiremos a una inquietante evolución en la mentalidad del bueno de Barnes, al que veremos primero como un pobre individuo amargado que ha trabajado durante toda su vida siguiendo órdenes y haciendo cosas que creía buenas en nombre de la democracia y de sus políticos, pero que con el tiempo se dará cuenta de que a estos lo único que les importa es el poder. Es por ello que en todo este conflicto de razas extrañas verá una oportunidad de redención y de poder hacer por una vez en su vida lo que realmente cree correcto.
«¡Qué te pego, leche!»
Mención especial para el malo malísimo de turno de toda esta historia, Grigorieff, uno de esos cabrones a los que casi llegas a odiar, el cual ejercerá de algo así como el profeta encargado de preparar la llegada del temible Voivodul (una especie de Mesías oscuro lleno de ansias de venganza y portador de un enorme caos). En el personaje de Grigorieff también veremos cierta evolución a lo largo de la historia por la forma en la que va cambiando sus ansias de poder más terrenales por otras que engloban metas bastante más ambiciosas y sobrenaturales.
El malo celebrando un gol a lo Ronaldo (el gordo)
En definitiva, Ascension es un cómic que personalmente no me ha dejado un mal sabor de boca. Una de esas historias sobre profecías y de personajes destinados a cumplir un determinado papel en un conflicto raro de cojones, a la vez que tratan de no perder su humanidad durante el mismo. Me imagino que a estas alturas encontrar este material es más difícil que limpiarse el ojete con confeti sin pringarte las zarpas, pero si por una de esas putas casualidades de la vida te lo encuentras por ahí échalo un vistazo si eres dado a los cómics de Top Cow. Por cierto, ¿he dicho ya que me encanta el estilo de dibujo oscuro del cabrón de David Finch a pesar de su poca perspicacia a la hora de dibujar rostros de personajes?. Pues ea, lo digo ahora…