Todo el que leyera hace unas semanas mi reseña sobre 3 metros sobre el cielo recordará el gran daño neuronal que sufrí viéndome coaccionado a ver esa película. Sin embargo, he de confesar que no todo aquel día estuvo marcado por ese gran trauma, pues confesaré que el otro insigne colaborador de este blog (el nunca bien ponderado Kiko) me regaló este juego por mi cumpleaños. Durante estos últimos días he estado dándole al vicio y tengo que reconocer que esta nueva entrega de Castlevania es buena…, muy buena (casi tanto como las 5 hermanas de mi barrio).
Y es que no me importa cantar a los 4 vientos que yo nunca he sido fan de «los Castlevanias» (sabía que existían, sí, y que es una saga longeva y con cierto renombre, pero a mí personalmente nunca me habían llamado la atención). Sin embargo, este juego suscitó mi interés porque en alguna que otra crítica había leído que es algo así como una especie de reinicio de la saga, con lo cual es perfecto para meterse de lleno en él aunque nunca antes hayas jugado a ninguna entrega anterior.
Y claro, adentrarse en la saga jugando a esta pequeña joya de los muchachos de Mercury Steam y su manera de reinventar la franquicia, le deja a uno casi diciendo: «¿Dónde has estado toda mi vida, Castlevania mío?». Desde el principio el juego empieza fuerte con una pelea en un poblado contra una especie de licántropos con mucha mala leche. Desde esos compases iniciales a uno le queda ya la sensación de que va a jugar a algo muy bueno, y verdaderamente (al menos en mi caso) el juego no decepciona a medida que lo avanzas. Poco a poco nos vamos metiendo en el argumento, ambientado en plena Edad Media, donde descubriremos que el mundo está siendo desolado por un antiguo mal que comienza a campar a sus anchas. Mientras todos huyen y abandonan cualquier atisbo de esperanza, un solo hombre, un huérfano adoptado por la Hermandad de Luz, camina contracorriente, enfrentándose a ese mal para traer de entre los muertos a su amada Marie; para ello deberá derrotar a todos los Señores Oscuros.
De esta forma, nos metemos de lleno en este juego de acción en 3ª persona, que a mí personalmente me recuerda mucho a Dante’s Inferno, ya no sólo por el estilo de juego y el movimiento de la cámara sino por ese argumento de un protagonista que trata de recuperar a su amada de las garras de la muerte. En cuanto al estilo de juego, será el típico de ir avanzando repartiendo latigazos y guantazos a todo lo que se ponga por delante (a lo Kratos pero no tan bestia), adereazado todo ello con toques plataformeros con salientes a los que deberemos encaramarnos como micos, una banda sonora que te mete de lleno en el juego y una variada galería de enemigos que hará las delicias de los amantes del género de espada y brujería. A colación de esto comentaré lo espectacular de algunos enemigos finales de fase, con un tamaño ante los cuales nos sentiremos como mequetrefes y a los que habrá que derrotar muy en plan Shadow of the Colossus. A todo esto hay que añadir que estará presente también el estereotipo que encontramos en este género consistente en ir desbloqueando nuevas habilidades para nuestro personaje, elementos mágicos y mejoras para sus armas, que aumentarán la variedad de combos y contribuirán a acrecentar el interés por el juego a medida que avanza la aventura.
En definitiva, esta nueva entrega de Castlevania me ha parecido muy recomendable si eres minímamente seguidor de este estilo de juegos a lo God of War. Insisto en que es una oportunidad magnífica para adentrarse en la saga a pesar de que no hayas jugado a ninguna entrega anterior, ya que viene a ser una especie de reinicio de la misma. Merece la pena comentar también cómo a pesar de ser un juego en 3D, mantiene de alguna forma el espíritu 2D que siempre ha caracterizado a este saga, por lo que es otro punto a su favor por esa manera de mezclar aires renovados pero manteniendo viejas tradiciones. Así que yo me dejo ya de tanta parrafada a lo verdulera del Mercadona y voy seguir dándole un rato al vicio.