Turf

Hemos recibido estos días muchas cartas de antiguos compañeros del Penal de Ocaña preguntándonos que porqué coñe ya no ponemos mi sección de reseñas comiqueras de los sábados. A este respecto he de decir que debido a un altercado gilipollesco de faldas, un marido celoso me pegó con un bate de beisbol en «to» la cabeza y se me olvidó leer. Así que debido a ello he estado yendo a clases de parvulitos para volver a aprender y ponerme al día y más o menos ya creo estar en condiciones de hacer nuevamente mis pinitos en el mundo del noveno arte.

Así que el otro día decidí sentarme a degustar una de mis compras comiqueras del mes pasado a la que tenía más ganitas que un julandrón al culo de Ricky Martin. La verdad es que iba muy reticente a que esto me sorprendiera gratamente por lo acojonantemente raro de su argumento, pero he de decir que se trata de una de esas lecturas de las que no esperas gran cosa y que uno se pilla un poco de paquete y acaban gustándote más que muchas de las cosas en las que uno tiene puestas grandes expectativas.

La guerra de las trincheras

Estaba mirando cómics para leer en vacaciones, tenía en mis manos algunos Marvel y algún tocho de Star Wars para ponerme al día, cuando pasé el dedo por un lomo y vi «trincheras», «¿trincheras?, ¿primera guerra mundial?». Al sacarlo me di cuenta que ya lo había tenido anteriormente en mis manos, miré en su interior, dibujos en blanco y negro de Jacques Tardi. Lo volví a dejar, pero al día siguiente estaba allí otra vez de nuevo.

La Guerra de las Trincheras, editado en francés como “C’etait la Guerre de Tranchées” es un cómic que no deja indiferente a nadie. Esto ya tiene sus años, no hablaremos de la edición Española del 2009. En 1982 ya se comenzaron a publicar algunas de las páginas en una revista francesa, pero se paralizó la serie. Norma editorial actualizó el cómic y después de incluir 20 páginas lo publicó en nuestro país. El cómic es un conjunto de historietas sin perseguir a nadie en concreto y el personaje principal es la guerra en sí misma. Cruda y absurda…

Piraña 3DD

No me importa cantar a los cuatro vientos (gritando incluso como si un lapón me  estuviera mordiendo los huevos) que estoy hasta el ojete del puto verano. Y es que ya no soporto estos calores y estos sudores con los que parece que uno viene de jugar un partido con prórroga en Maracaná por el simple hecho de estar sentado tranquilamente en el sofá de casa. Así que amiguitos, qué mejor forma que tratar de combatir el sofoco veraniego que tomándose una pitusa-cola mientras ves una peli de gente chapoteando en el agua como si fueran focas del circo Price.

Además que esta película también puede servir de moraleja para que si durante estos días de calorazo vais a daros un chapuzón a algún sitio, convenzáis a alguien para usarlo a modo de cobaya y que sea él quien primero se meta a catar el agua (y si veis que no hay nada que le pegue un «bocao» y le arranque la cabeza ya podéis meteros vosotros tranquilamente a mojaros el hocico sin miedo alguno a salir hechos carne picada como la de las hamburguesas chungas del McDonald).

Lunes molones: V/H/S

Nueva jornada de lunes molón que volvió a ser un cúmulo de despropósitos fiferos de muy señor mío. Nos tocó en la primera fase de la Champions un puto grupo más «tirao» que una guarra de la calle Montera y en el 5º partido de esa primera tanda ya estábamos fuera de la lucha por entrar en los octavos de final. Consecuencias de todo esto: pues algo tan simple como que el nunca bien ponderado Kiko se quedó con ganas de estrellarme la cabeza contra la pared y reventármela a lo Arteche.

Y francamente pude conseguir que este chaval no llegara a darme de hostiazos porque le engatusé diciéndole que mi elección de película friki de la tarde iba a provocar que empezara a restregarse el dvd de forma lasciva por todo su cuerpo. Y es que habíamos escuchado comentarios que decían que se trata de uno de los largometrajes más terroríficos del año y que había provocado convulsiones y vómitos en algunos espectadores durante su proyección el festival de cine de Sundance. Así que con cara de tremendo acojone nos dispusimos a verla…

Lunes Molones: All Star Superman

No voy a ocultar que el tipo que lleva los calzoncillos por encima del traje no es uno de mis héroes preferidos. Ni siquiera de los que más me atraen, porque sinceramente no he leído un cómic de este hombre en mi vida. Puede que haya aparecido de refilón en alguna historia de Batman (como ocurre en Silencio), pero su mera aparición hace que me chirrien un poco los dientes. Lo siento, no me gusta. Ni cuando era pequeño y Christopher Reeve hacía malabarismos en una silla con el croma por detrás. Por eso cuando el Sr Grifter vino todo feliz diciéndome que nuestro nulo éxito de los Lunes Molones iba a cambiar con un peliculón basado en Superman no pude menos que pensar «Tamos jodíos».

Mi rechazo a Superman se debe a que es un personaje demasiado poderoso a mi gusto, con una personalidad a lo boy scout que le hacen empalagoso y demasiado sosainas. Pero qué demonios, lo mismo pensaba de la imagen que tenía de Batman y sus villanos, la cual cambió radicalmente cuando me di cuenta que ese personaje tenía historias más adultas donde se mostraba a un hombre murciélago más oscuro que me llegó a encadilar. ¿Será que también el desconocimiento me hace tener una imagen predefinida de Superman que no es la que tiene? ¿Esta peli que me hizo ver el Sr Grifter, de nombre All Star Superman, cambiará mi forma de ver al tipo de la capa? Vamos a verlo.

Playmobil Futbol

Pues seguimos gozando del veranito, y hoy vengo con otro juegaco bajo el brazo. En nuestra cruzada por encontrar juegos con el mecanismo más simple que un botijo nos hemos dado de bruces con Playmobil Fútbol. Aprovechando que comienza la liga no hemos podido resistir la tentación de presentar este juegazo. Por mi parte ya lo he regalado dos veces y ha sido un exitazo, así que estamos delante de un TOP 10.

Lunes Molones: Atmósfera cero

Bien podría decirse que esto de Atmósfera cero es lo que sucede en la sede de este humilde blog cada vez que nuestro gran redactor Kiko nos deleita con uno de sus famosos pedos. Pero no rebonitos míos, resulta que se trata del título de la última película que este muchacho eligió para nuestra última jornada de lunes friki, en la que una vez más rabió a lo nazi con la partida mierdosa que nos marcamos en el puto Fifa. Yo no digo «ná», pero como este chaval siga poniéndose de esa forma no va a llegar a viejo ni a bailar pasodobles en el Imserso.

El caso es que este tío está ya hasta el mismísimo ojete de pelis mierdosas de serie B chabacana y de películas ultra ratoneras de esas de cámara en mano rodadas por un gilipollas con parkinson. Así que en un alarde torerazo sorprendió a propios y a extraños tirando de clasicote y eligiendo esta película del año 1981 a modo de colofón para nuestra jornada de lunes molón. Según he podido documentarme para muchos es un peliculón, pero yo personalmente daba cabezadas de maruja en la sobremesa y sólo me faltaba el mocarro ese que se hincha y se deshincha. 

Punisher Max 3

Si en la reseña del tomo anterior al referirme al Punisher del insigne guionista Jason Aaron daba la impresión estar frotándome contras las paredes como si fuera un puto oso mientras hacía la reseña, esta vez ya no es que esté haciendo eso sino que aparte estoy babeando más que muchos de vosotros viendo tetas en el canal Playboy. Puede que sea un mozo flojeras, un tío facilón o un menda la mar de flipable, pero este tío me ha hecho recuperar la ilusión por un personaje del que ya leía sus andanzas por pura inercia, cual marido que se trajina a su mujer tras veinte años de casados porque es lo que hay…

Y es que si el tomo anterior ya fue interesante como él solo por esa peculiar visión que Aaron nos ofreció sobre Bullseye y la consecuente somanta de hostias entre éste y Frank, en esta nueva entrega veremos al bueno de Punisher hecho un trapo en la cárcel, donde los malosos están deseando echarle el guante y acabar con él de una vez por todas. Y ya sabéis que meter a este tío en un lugar con tanto cabronazo en tan poco metro cuadrado puede ser un pelín contraproducente…

Análisis: Mass Effect 3

Se ha hecho esperar en esta casa el análisis de la conclusión de una de las sagas más importantes de esta generación: Mass Effect. Con su tercera entrega se finiquitan las aventuras del ahora comandante Shepard en la lucha por defender la Tierra y toda la galaxia de las garras de los segadores. Dispuesto a darlo todo, preparé mi bolsa de ganchitos, mi rifle láser y mi ohmygod-herramienta con la intención de ver si de verdad los chicos de Bioware la habían preparado tan gorda con su final, tal y como se quejaban algunos niñatos gafapastas.

Es cierto que la segunda parte de la saga, aún gustándome, me pareció un poco floja. Como ya comenté en su análisis se habían perdido muchos toques de rol y de exploración a favor del combate. Pasábamos de tener un action RPG a un shooter en tercera persona con algunos tintes de rol. Y aunque esta tercera parte es cojonuda, hay que decirlo, ha seguido evolucionando hacia aquellos que prefieren echarse unos tiritos a «perder el tiempo» explorando la galaxia, mantener conversasiones y demás características propias de un buen juego de rol. Pero no adelantemos acontecimientos.

Prometheus

Hasta hace bien poquito los muchachos de este blog pensábamos que eso de Prometheus era lo que hizo el tío barbas de Rajoy durante las elecciones y que luego se pasó totalmente por su soberano ojete. Sin embargo, poco después vimos de refilón su trailer mientras «zapeábamos» buscando la porno del plus y por fin nos dimos cuenta de que se trataba de una película de ciencia ficción dirigida por el gran Ridley Scott y escrita por Jon Spaihts y Damon Lindelof (al que muchos conoceréis por la serie Perdidos).

Antes de ver este largometraje habíamos escuchado comentarios de mucha gentecilla que se refería a Prometheus como la precuela de la magnífica saga Alien. Sin embargo, hemos de decir que esta nueva película del bueno de Ridley Scott bien es cierto que precede a todo lo ocurrido en Alien, pero ello no quiere decir que esté directamente relacionada con las demás películas de la franquicia. Y es que según el propio Scott, la película comparte «cadenas de ADN de Alien, por así decirlo», y se desarrolla dentro del mismo universo, pero Prometheus explora su propia mitología e ideas.