Desde que me chasqué la rodilla y estoy sin poder jugar con mis colegas los sábados por la mañana en la liga municipal del distrito de Barajas, puedo disfrutar del desayuno tranquilamente ese día de la semana. Así que el otro día mientras me zampaba las tostaricas me dispuse a ver qué ponían en la tele (que salvo los Simpsons y el hormiguero no veo nada más). El caso es que hace un par de sábados me encontré con unos dibujos que me sonaban de haberlos visto hace ya tiempo, pero que nunca los había prestado mayor atención. Se trata de los dibujos de Vaca & Pollo, que nos narran las andanzas de estos dos insignes personajes y que en cada episodio son puteados por una especie de demonio rojo con voz de gilipollas. Más allá de los gilipollesco del argumento (valga la redundancia) me llamó la atención lo paranoicos que pueden resultar, ya que parecen enfocados para un público desquiciado (se podría decir que esta serie sería apta para los residentes del Asilo Arkham).
ME LLAMO EARL (1ª TEMPORADA)
Desde hace ya mucho tiempo el pesado de mi hermano me llevaba dando la barrila con que viera la serie que ponen por las tardes titulada «Me llamo Earl». Cuando me llamaba para que fuera a verla yo siempre le respondía: «Venga sí…, que te pires». Sin embargo el día de nochebuena me pilló con la guardia baja y me convenció para que viera un capítulo de esa serie y el caso es que tras verlo me dije: «Coñe, pues está muy salá la jodía serie gilipollesca esta». Así que ayer me descargué los algunos capítulos de la primera temporada para ver si ya acababa de convencerme, y tengo que reconocer que tras haber visto los tres primeros, me ha parecido una serie la mar de curiosa a la vez que divertidísima. A continuación os adjunto un resumencillo de la trama de la serie para que véais cómo es realmente curiosa:
El protagonista de la serie se llama Earl J. Hickey, un delincuente de poca monta sin respeto por nada ni por nadie, que nada más ganar $100.000 en la lotería, pierde el boleto al ser atropellado por un coche.