Ha llegado la hora de comentar la lista de los regalos de reyes y voy a comenzar con Ciudad Machi koro, un juego que no es el típico que compraría pero que su estética y simplicidad me conquistó desde el primer momento. La verdad es que los detractores son casi tantos como sus admiradores, pero en mi caso pienso que es un juego que funciona perfectamente para jugar con los niños, con la abuela o con todo ese tipo de gente que no pasa del Parchís y la Oca. Del diseñador Masao Suganuma, para 2-5 jugadores mayores de siete años que quieran pasar 30 minutos construyendo una ciudad.
En la caja, que nos presenta Homoludicus/Devir, nos encontramos también la expansión “El puerto”, que en otros idiomas se debe comprar con el nombre (Machi Koro: Harbor Expansion) por unos 15$. Esto la verdad que es lo que hace redondo el juego. El básico lo mismo se hace muy previsible a la hora de formar combos cuando has jugado unas partidas, pero la expansión le da ese plus que no lo hace tan repetitivo y eso se agradece mucho.
Al abrir la caja nos encontramos con las reglas del juego, muy fáciles de leer.
También un cartón con monedas de 1 (36 tokens), 5 (9 tokens) y 10 (9 tokens).
Dentro de la caja dos mazos precintados con dos dados. Hay dos zonas vacías pensadas para poder repartir mejor las cartas una vez abiertas.
Las cartas son satinadas, algo blandas para mi gusto, pero correctas para poder jugar.
Para jugar al juego básico necesitamos 12 cartas rojas, 30 verdes, 30 azules y 12 violetas, que distribuiremos en la mesa. Estas cartas representan edificios que nos harán ganar dinero. El juego se divide en turnos donde cada jugador realizará una tirada de dados y después podrá comprar un edificio de la reserva.
Cada jugador tiene 4 edificios especiales que debe construir para ganar la partida y nuestro imperio comenzará a construirse con una panadería y un campo de trigo.
Cada carta tiene un precio y el número de dado que la activa. También tiene un color que nos indicará cuándo se produce esa activación. Las cartas azules se activan en nuestro turno y en el de otros jugadores haciendo que ganemos dinero de la banca, las cartas verdes sólo nos hacen ganar en nuestro turno dinero de la banca. Las cartas rojas se activan en el turno de otros jugadores y nos tendrán que pagar el valor indicado. Las violeta se activan en nuestro turno y hacen que otros jugadores nos paguen.
En el eemplo del supermercado, la carta tiene un coste de 2 monedas y se activa si sale un 4 en una tirada de dados que debemos hacer nosotros.
Conclusión: Es un juego muy rápido y después de jugar unas 10 partidas decidí añadir la expansión. Tiene bastante vida por delante y por ahora está viendo mucha mesa, también es cierto que estoy jugando normalmente con niños y no le piden mucho a un juego que tiene una dificultad como la del Monopoly. Si buscas mecánicas complejas busca otra cosa.
Parece entretenido, tengo ganas de probarlo, ya que un colega lo tiene y me hablo muy bien de el, sobre todo para jugar con niños.