Cuando me apetece ver zombies suelo mirarme al espejo recién «levantao» o bien me pongo a mirar fotos de la Belén Esteban sin maquillar. Pero de vez en cuando me mola deleitarme los ojines con alguna peli chunguilla de este género, y aprovechando que esta semana no tenemos film de nuestros famosos lunes molones para reseñar me he propuesto hablar sobre alguna puta mierda de las que he visto últimamente, (pues además estoy aburrido y como llueve mucho no puedo irme por ahí a la calle a practicar uno de mis hobbies preferidos: quemar papeleras).
Así que voy a aprovechar para dedicar unas palabrejas a este film que me tragué el otro día por amor al arte y sin estar bajo el influjo de ningún fármaco o de setas alucinógenas. Y es que he llegado a un momento en el que, al igual que una fulana de cine porno, me trago lo que sea (cinematrográficamente hablando, gracias a los dioses). Y una vez dicho lo cual vamos ya sin más dilación a reseñar este film con el que me quité años de vida a mansalva…
Cockneys vs Zombies nos pone en el pellejo de la pareja de hermanos Andy y Terry, dos desventurados gilipollas de apellido Cockney que tratan de reunir dinero para salvar el asilo de su abuelo robando un banco. Al mismo tiempo, un virus en el este de Londres barre toda la zona, convirtiendo a todos los habitantes en zombis sedientos por comer carne. Frente a las hordas de zombis no-muertos, el reto de estos jovenzuelos será escapar con el botín, rescatar a su abuelo y salir con vida de Londres.
Y bueno, dicho lo cual hay que comentar que este film es una de esas películas que trata de explotar la fórmula de terror y comedia que tan bien plasmó en sus día Zombies Party, pero comparar este largometraje con aquella es como comparar a la señora de la limpieza de mi curro (la que se parece al malo de los Fraguels) con la chavala de la portada del Playboy de este mes.
Hombre, es verdad que tiene algún que otro gag en forma de flash-back de pocos segundos con cierto tono irrisorio y divertido que te hace esbozar una ligera sonrijuela (como la que pondrías cuando te pispas de que a una chavala se le ha desabrochado un botón del escote y no se ha dado cuenta de ello). Pero a pesar de tener alguna que otra sandez divertida, yo personalmente me esperaba bastante más de este film por las críticas previas que había leído sobre él. Pero es que de verdad es flojito y regulero…
Y es que en él únicamente veremos cómo se simultanea la historia del abuelo Cockney y sus colegas viejetes, a los que toda esa infección zombie les pilla en el asilo, con la de sus nietos, quienes están preparando el robo de un banco para salvar el asilo de su abuelo. Todo ello con unos efectos especiales pasables (aunque pobres y ratoneros por momentos), con mucho látex de por medio y maquillajes curiosos cuanto menos.
En definitiva, Cockneys vs Zombies es un film que recomiendo sólo para devotos del género que se traguen cualquier paranoia sin caérseles los anillos. Cierto es que hay mierdas mucho peores dentro de la serie B, pero a mí esta parodia con ese puntillo de humor inglés no me ha acabado de convencer. Por cierto, mención aparte merece el final con ese ramalazo de exaltación patriótica inglesa que pensé que sólo ocurría en las pelis yanquis. Si es que no somos «ná»…