Sí bueno, para combustión la que sueltan algunos por el puñetero ojete cada vez que les ponen judías pintas para comer, no me jodas. Pero la combustión a la que nos referimos nosotros hoy no tiene que ver con las flatulencias y movidotes de ese jaez, sino que se trata del film estrenado recientemente en las salas de cine y que pude visionar el otro día. Ahora seguro que muchos os estaréis preguntando qué cojones hace un gran friki puro e inocente como yo viendo cine español de esta ralea, a lo que sólo puedo decir en mi defensa que fui a la sala de cine engañado por la misma persona que me hizo tragarme 3msc…
Pues sí amiguitos, llamadlo conjunción de planetas, que soy un pringao o como cojones queráis pero al final acabé viendo este film (al menos fui un miércoles que no había ni dios en el cine y mi reputación quedó muy intacta al no haber ningún conocido que pudiera mofarse de mí por ver al gran Sr. Grifter entrando a la sala en la que proyectaban esta película). De todas formas, para sobrellevar el varapalo (y según me encaminaba a la butaca), me iba diciendo a mí mismo que al menos saldrían chavalas minifalderas, con lo cual el berrinche fue menor…
El argumento nos pone en el pellejo de un tal Mikel, quien está a punto de casarse con Julia, la dueña de una importante joyería que ha heredado de sus padres. Durante la fiesta en la que anuncian su compromiso, Mikel conoce a Ari, una de las camareras del catering. La atracción que surge entre ambos hará que Mikel se interese por el mundo de Ari: las carreras ilegales de coches. Se enamora de ella hasta el punto de abandonar a Julia, sin saber siquiera cuáles son los planes de Ari y su novio.
Ole ahí qué requeteguapos
¿Y qué os puedo contar yo sobre todo este «sarao», chavales?. Pues que el argumento me recordó un poco a la antes mencionada película protagonizada por Mario Casas (3msc), solo que aquí es un niño bueno el que se enamora de la típica chica mala y acaba mandando todo a tomar por culo y dejando atrás toda su vida por una tía buena. A este respecto he de decir que según veía la película a mí me ardía el esqueleto por ver al chulazo del protagonista mintiendo y poniendo los cuernos a su pobrecita novia por echar un polvo con esa tía guarra. Y por si eso fuera poco me ardía también la sangre por el resto de putadas y de tropelías que cometen él y sus nuevos amigotes sobre esta pobre chica. Es por ello que yo rezaba, rezaba mucho para que alguien diera una ostia bien dada al protagonista, le abrieran los ojos y dejara de zorretear con frescas y busconas que le acabarán enredando y llevándole por el mal camino.
Por supuesto no podía faltar la típica escena del prota en tetas
Todo ello da pie a un argumento que quizás guste a las chavalitas que son dadas a las historias de triángulos amorosos en las que la chica tiene que decidirse entre el malote de turno que la da caña o el típico niño guapito que la hace sentirse especial y soplapolladas de ese jaez. Quizás también atraiga un poco a los que les molen las carreras de cochazos, aunque si vas con esta idea no te esperes una especie de A todo gas a la española, porque aquí los momentos de quemar octanaje son con cuentagotas. Y es lo que lo que prima ante todo es el dramón que se traen los protagonistas y sus momentos de zorreteos, cabreos, engaños y reconciliaciones varias.
Tampoco faltará el frote en la disco
En cuanto al plantel de actores tendremos a ese guaperas de moda que es Álex González, que a pesar de sus momentos de puteríos y de folleteos con la buscona de turno no le podía mirar con malos ojines, ya que este tío salió en ese pedazo de peliculón que es X-Men: Primera Generación haciendo de Riptide, y por ese simple detalle le debía un respeto. En cuanto al chulazo de turno «repeinao» y con barbitas está interpretado por Alberto Ammann, y el de la chavala por la que todo el mundo se pirra estará encarnada por Adriana Ugarte, cuyo vestido minifaldero que luce en cierta parte del metraje (junto con la escena del polvazo que la echan en la que enseña tetamen) bien podrían justificar el desembolso de la entrada.
Un film con alto número de chulazos por metro cuadrado
Así que querido lector, si al igual que a mí te llevan engañado a ver Combustión no te creas mucho la palabra del título y pienses que vas a ver carreras de coches por aquí y carreras de coches por allá, porque te llevarás el ostión del año. Lo que verás en su mayor parte es un film de tíos cabrones, malotes, chulazos, busconas un poco pelandruscas y pobres chicas engañadas por novios con ínfulas de puteros. El típico film para dieciochoañeras que suspiran por el hecho de que un chulillo como los que pululan por el metraje las dé una vuelta en su flamante buga…