Como ya sabéis, en Vas Tú Listo somos grandes admiradores de los superhéroes y de las superheroinas (de estas últimas sobre todo por el hecho de que van ataviadas con trajes «mu apretaos»). Y es que resulta bonito ver cómo estos tipos superpoderosos se preocupan por la gente de a pie y están siempre dispuestos a encarar cualquier amenaza por peligrosa que sea. Ciertamente todo esto es muy idílico, muy entrañable y todo lo que queráis, pero si uno lo piensa fríamente tiene su trampa. Me refiero al hecho de que si eres un tío de casi 2 metros tipo armario «empotrao» con múculos hasta en la epiglotis y con unos poderes cojonudos del copón, tampoco tiene tanto mérito ir por ahí repartiendo hostias en plan abusón de colegio que quita el bocata a una mierda de criajo enano. Por eso hoy vamos a dedicar esta sección a esa gente normal que sin tener superpoderes (y hasta siendo unos tirillas), son capaces de hacer cosas con las que demuestran un par de cojones mayores que enfrentarse a Galactus (por citar un ejemplo de tío chungo).
Empecemos analizando el caso de este alpinista, ya no sólo por el par de huevos toreros que hay que echarle para atreverse a escalar ese pedrusco, sino ya por el hecho de tumbarte ahí «a la Bartola» a dormir la siestecita a cientos de metros de altura (pero si es que se ven hasta las nubes por debajo, no me jodas). Si a todos nos da mieditis caernos de la cama de nuestra habitación que está a pocos centímetros del suelo, imaginaos caerse desde una altura con la que le puedes quedar de loncheta contra el suelo. A ver qué tío con superpoderes es capaz de hacer esto si no los tuviera.
¿Y qué me decís del hecho de lucir una camiseta en la que pone eso delante de 3 mendas con pinta de ser unos «zumbones» de muy señor mío?. No te digo yo que no mole lo de ponerse camisetas frikis y lucirlas en cualquier evento, pero hay ciertos contextos en los que hay que tener un poco de sesera, porque luego te pueden llover las hostias (por mucho que te parezcas a John Lennon).
Parece que el hecho de que se la sude a uno el acabar «empotrao» contra el suelo abunda entre el populacho, porque aquí tenemos otra caso de un menda que se encarama ahí como si fuera un mico, sin importarle que la tabla esa se pueda ir a tomar por culo. Pero bueno allá él, porque como se caiga desde ahí fijo que se desloma y luego vienen los lloros.
Ciertamente ejemplo de currelas que trabajan al límite los hay a patadas, pero realmente resulta llamativo que por las «4 perras» que les pagarán con todo esto de la crisis haya quien se la juegue de esta manera. Desconozco qué narices quiere pintar este tío ahí en ese techo barriobajero, pero esto no se debe hacer ni aunque fuera la puta capilla Sixtina.
Acabaré ya el post de hoy con otro ejemplo que explica a la perfección el concepto de echarle un par de huevos (porque si te pillan haciendo esto de la foto te expones a que te peguen un par de hostias bien dadas, y con razón además). Aunque bueno, bien pensado esto es sobre todo un ejemplo de ser un sinvergüenza, un golfo y un cierrabares, porque para aparcar así ya hay que tener mala baba.