En los tiempos mozos del nunca bien ponderado Kiko y del que suscribe, el hecho de ver una simple teta en la tele o en una revista era motivo de una tremenda algarabía similar a la de la célebre caída de Saigón y la del muro de Berlín juntas. Joe, aún recuerdo el alborozo de aquella Nochevieja del año 87 tras aquel famoso baile de Sabrina cantando el «boys, boys, boys» con el que se le salió una teta a lo Arteche ante el asombro de todos los chavalines del mundo que estábamos sentados tan ricamente delante de la televisión aquella noche (fue lo más comentado en meses).
Y es que por aquel entonces no teníamos las facilidades de hoy día, pues la juventud de este siglo con buscar cualquier movida en google les empezarán a llover tetámenes por todos lados aunque no lo quieran. Lo único cierto es todo ello ha dado como resultado que la chavalería de hoy día sea más castiza y más «echá p’alante» que la de nuestra época, y lo voy a demostrar con este post.
Esta primera foto es muestra de que hoy por hoy los chavalines ya apuntan buenas maneras desde que son unas simples enanerías más mierdosas que Goku en el primer episodio de Bola de Dragón. Si hasta le han salido coloretes de la emoción al jodío crío.
A medida que van creciendo siguen sin perder ripia de ciertos percales, jugando a su favor con el hecho de que como son niños y se los perdona todo, pues se desquitan ahí a jipiar como si no hubiera mañana.
Y es que en mis tiempos si uno se atrevía a ser tan «descarao» te calzaban una hostia que te vestían de torero. Sirva esta otra estampa como otro nuevo ejemplo de que hoy en día esto es estar en la onda para los chavalillos.
Pero cuando van en grupo o en manada eso ya sí que es un desmadre total en plan jauría de hienas de documental de la 2, donde suele estar a la orden del día el ver quién dice la burrada más bestia.
Aquí tenemos otro ejemplo de grupo de chavalitos en manada comportándose como fieras corrupias. Pero claro, a ver quién es el guapo que no se queda «to piruleta» ante semejante jacaza minifaldera con un micro en la boca.
Si es que hoy en día hasta los niños gordos y zampabollos tienen sus momentazos de gloria y se codean con chavalas que en otra época les habrían puesto ya ocho órdenes de alejamiento.
Y como es de suponer, cuando los chavales crecen y llegan a adolescentes es normal que después de tantos años de chabacanería y «taradez» su máximo hobby sea quedar con los colegas para ver pelis de Rebeca Linares.
¿Otras consecuencias de despuntar tales maneras desde que uno es un joven efebo?. Pues algo tan simple como que cuando crezcas tu mayor pasión será el fotografiar culámenes en lugar de paisajes o animalitos del bosque.
Y lo de alguno es tal el grado de degeneración desde la más tierna infancia que los provoca incluso el no poder controlarse ni delante de la novia cuando pasa una gachí de buen ver. Pero vamos, que ante ese percal no se controla ni el Papa Benedicto.
jajaja, joder qué risas con la foto de los pantalones con fuego xDDD
Juas, conozco a un tio que es igual que el del centro.