¿Quién no ha ido con su mami al supermercado cuando aún era un tierno infante sin la suficiente edad como para poder quedarse solo en casa?. Joder, en mi caso concreto me suponía un rollazo acojonante eso de tener que ir al mercado, pues acababa hasta el ojete por el simple hecho de andar por aquellos lares llenos de Marujas y viendo cómo la «Señá Carmen» hacía la compra o daba la vez. De todas formas, eso de ir con las mamis al supermercado es una tradición que se está perdiendo entre las nuevas generaciones, junto con otras tradiciones más clásicas como la de bajar a comprar el pan los sábados por la mañana (ahora le dice un padre a un hijo que deje un rato la puta Play y baje a comprar el pan y el papi acaba con una orden de alejamiento por maltrato psicológico al chaval). Anda que no he bajado yo veces a donde la Alfonsi o a la pastelería de la Merce (donde luego pusieron a una rumanaza que flipas a la que siempre me quedé con las ganas de decirla que tenía unos bollitos muy ricos). El caso es que en Vas Tú Listo hemos indagado sobre todo esto y hemos descubierto que aún hay chavalines que acompañan a sus papis a hacer la compra. Lo único es que nos ha resultado un poco curiosa la forma de desenvolverse en un supermercado que tienen estos niños de hoy día.
Y es que dicen que los criajos de hoy día son jovenzuelos pachorreros y desganados que no mueven el culo pa «ná», y ciertamente esto es algo con lo que estamos muy de acuerdo viendo esta primera estampa que os traemos. Muchos podrán pensar que ese chaval debe ser el hijo de Busquets o de Pedrito por esa forma estar tirado en el suelo hecho un trapo cual jovenzuelo a la puerta de un pub un sábado noche, pero ciertamente no deja de ser una manera chula de desplazarse sin tener que mover las piernas. ¿Que seguramente cuando se ponga de pie irá más lleno de mierda que el traje de Don Pimpón?. Pues no te digo yo que no (pero que le quiten lo «bailao» al chaval…, qué coño).
Más acojonante es la pachorra de muchos padres que por no molestares en coger un carro para meter la compra, usan el carricoche del niño cual pordiosero vagabundo que acumula en él todas las mierdas que va pillando. Hombre, si es con productos pequeños o de poco peso esta técnica tiene sus ventajas, pero como tenga que comprar un tambor de detergente de esos de 8 kilos revienta al pobre chaval y lo deja de loncheta dentro del carro, no me jodas.
De todas formas hay niños que se adaptan a cualquier situación o recoveco por chungo que sea, como por ejemplo es el caso del crío de la siguiente foto. La única explicación que encontramos a esto es que o el chaval se ha operado y se ha quitado una costilla flotante, o que el padre lo ha metido ahí a mala leche bajo el grito de: «¡Por mis muertos pisoteaos que tú cabes en el carro este, niño de los cojones!». De todas formas pobre chaval…, lo han «tronchao» ahí a lo bestia.
Y es que ciertamente hay papis muy borricos tanto dentro como fuera de los supermercados, que no tienen ningún tipo de miramiento ni con los herederos a su legado ni con las futuras generaciones. No sabemos si estos 3 chavalines sobrevivieron a la velada, pero desde Vas Tú Listo aprovechamos para decirles que si lo hicieron, más vale que se piren de casa en cuanto cumplan los 18 (por su propia salud).
Yo llevo toda la semana como el niño de la primera foto, pero no tengo ha nadie que tire de mi 🙁
Pero el mejor de todos es el niño chino (no me preguntéis por qué sé que es chino)…. se sale!