Carlos Giménez nos presenta a una pareja de sosias o de dobles. Al primero, el tío Pablo, lo reconocerán rápidamente los seguidores del autor. El segundo, su amigo del alma Raúl, es la novedad y el detonante de una larga serie de reflexiones -y equívocos- sobre las miserias de la creación y las limitaciones de la senectud. Quedarán entonces dos opciones, encarnadas por sendos personajes: la decadencia o la muerte. Entre las páginas de este Crisálida encontramos una de las estructuras más complejas y ambiciosas del Maestro Carlos Giménez, contando para la ocasión con cuatro narradores diferentes: el autor (representado de manera figurada), el narrador, el amigo del narrador y una creación de este; en definitiva: cuatro personajes que vienen a ser uno solo.
Como recordarán algunos lectores, no es la primera vez que Giménez nos regala un juego metaficcional de esta envergadura. Hablamos de Sabor a Menta, otra gran obra a reivindicar integrada por trabajos publicados en diferentes periódicos y revistas entre 1970 y 1992. El autor nos mira directamente a los ojos para narrarnos la forma de ver la vida de su gran amigo Raúl a través de soliloquios y conversaciones de diferente índole, lo que se traduce en una mirada lúcida y crítica del mundo que nos rodea.
Muy interesante me ha parecido la denuncia (que no es más que la frustración del propio autor) referida a la hora de ver en cines una película de Paracuellos: proyecto fallido ya que todas las productoras querían desvirtuar la obra para atraer a un público más “mayoritario”. Son viñetas como dardos que van directamente a donde más duele y bocadillos llenos de realidad social que se tornan más necesarios que nunca, recordándonos a comprometernos con el mundo en que vivimos y a protestar por las injusticias de la vida.
Personalmente la lectura de este Crisálida me dejó tan tocado que después me quedé un buen rato divagando sobre los diferentes niveles de lectura y el significado de lo que acababa de leer. Estas son las obras que me gustan como lector de cómics: las que se quedan dentro de ti y te llegan de una manera especial. Para el seguidor habitual de este autor no es ninguna sorpresa afirmar que es difícil encontrar en el mercado creaciones tan humanas como las que salen de su pluma y que nos hablen a su vez de temas tan universales para llegar así a lo más profundo de cada uno de nosotros (para muestra de lo que intento decir sólo hace falta detenernos en la última página).
Sin lugar a dudas, Crisálida es el trabajo más íntimo y descarnado de un pletórico Carlos Giménez. Una vuelta de tuerca inesperada a toda su obra y un retrato magistral sobre la vejez y la maduración como ser humano.
Por Francisco José Arcos Serrano