Tengo que confesar que a mí personalmente películas como Dirty Dancing, Street Dance o Step Up me las paso por el soberano ojete por el simple hecho de que cualquier film de temática bailonga me parece un pufo la mar de serio. Puede que sea por el hecho de tener rodillas de vieja pelleja o por tener menos movilidad que un playmobil, pero he de reconocer que cualquier cosa que lleve en su título la palabra «Dance» me la trae floja. Pero ayyy amigos, si ya apostillas la palabra «Dead» y metes en la carátula unos cuantos zombies chungos la cosa cambia…
Puede que sea un tipo así de simplón o de facilón, pero donde estén estas películas de serie B chunga pura y dura que se quite cualquier largometraje de niños guapitos meneando sus cuerpos serranos (esos menesteres se los dejaremos a las 15 añeras locas). Eso sí, si queréis una combinación mítica de zombies y de baile mejor que veáis el mítico vídeo thriller de Michael Jackson, porque si esperáis ver en este film a estos feuchos seres meneando el body con un ritmazo similar os vais a quedar con las ganas…
Y lo primero que llama la atención es que últimamente las pelis de zombies no se molestan ya en explicar el porqué de la aparición repentina de esos seres putrefactos. Pero por su parte, en Dance of the Dead tendremos muy claro desde los compases iniciales que la causa serán los gases de una central nuclear (muy parecida a en la que trabaja el bueno de Homer Simpson, por cierto).
El argumento se sitúa en un contexto que podríamos calificar como de teenage movie, pues el meollo tendrá lugar durante el baile de graduación del típico instituto americano. A colación de esto merece la pena decir que por supuesto no faltarán los sempiternos clichés yanquis que tan acostumbrados estamos a ver en sus películas con esos «personajes de secundaria» tan variopintos como son el grupo de los guaperas y de los populares, que zorretean con las animadoras y miran por encima del hombro a los feos y raros (representados por los frikis inadaptados que viven tan felices con su club de ciencia-ficción y siendo repudiados por las niñas guapitas).
Nuestro protagonista será también el típico mal estudiante al que todo el mundo le echa en cara el poco esperanzador futuro que le espera como no espabile, pero que junto a un grupo de perdedores y de frikis del instituto (que no tuvieron pareja para acudir al baile), serán quienes tengan que salvar la papeleta para acabar con esa plaga de zombies que ha invadido la ciudad (contando con la ayuda con un profesor «flipao» de las armas que parece sacado del Call of Duty, no me jodas).
Dentro de lo «paranoiesco» y friki que pueda parecer todo esto así contado, he de decir que Dance of the Dead es un film que entretiene si no eres demasiado exigente. Y es que desde el preciso instante en el que los zombies hacen su aparición la película transcurre por unos derroteros que mezcla ligeros toques de comedia con una pizquita de gore, y que hacen de ella un producto que no te hace caer en el peor de los sopores. Además los zombies son bastante aceptables con respecto a lo que debe de ser el bajo presupuesto del film. Eso sí, lo que realmente llama un poco la atención es que estos seres putrefactos a veces son más lentos que yo cuando jugaba al fútbol y en cambio otras veces corren a lo Usain Bolt «dopao», lo cual produce cierto desconcierto en el espectador por momentos.
Pero sin duda alguna, lo más divertido de este largometraje es el hecho de que los frikis asuman el papel de héroes y sean los encargados de salvar la papeleta y de codearse con las tías buenas. Y es que Dance of the Dead hace apología del hecho de que un friki es la persona más valiosa en un holocausto zombie, y vive dios que el desarrollo de esa idea me ha gustado…, pardiez.
Esto apesta a Lunes Molón…