Madre mía, aún me acuerdo de aquella serie chunga de dibujos titulada Las aventuras de Spiderman y sus increíbles amigos, en la que aparecían también de paquete El hombre de hielo y Estrella de fuego. Digo esto porque cada vez que veo a Daredevil me acuerdo de cuando este personaje salió una baza en aquella serie bajo el nombre de Drago Dragón (por cierto, creo recordar que a Lobezno lo llamaban Aguja Dinámica y Kingpin era el Rey Pillo). Ainsss, es que cada vez que veo al bueno del cuernecitos no puedo evitar acordarme de aquellos putos dibujos ratoneros y partirme el ojete…
Gilipolladas aparte he de decir que personalmente tenía unas ganas locas de leer este tomo, que forma parte de ese relanzamiento que han tenido algunos de los personajes de la línea Marvel Knights, tales como Punisher o El Caballero Luna. Además esta nueva colección del bueno de Daredevil estaba siendo muy aclamada tanto por la crítica especializada como por el público en general. Eso por no hablar de que fue una de las grandes triunfadoras en los premios Eisner 2012. Por todo ello decidí hacerme con este tomo para catarlo como un tío…
Y sí, puede que hablaran muy bien sobre esta colección, que se haya llevado muchos premios y lo que queráis, pero a mí me ha resultado una cosa de lo más normalucha. Sé que me expongo a mofa, afrenta y escarnio público o a que me llaméis «puto gilipollas» cuando me veáis por la calle, pero a mí la nueva serie de Daredevil me ha resultado algo más discretito que cierta vecina mía que esconde su inquietante tetamen bajo jerseys de cuello alto.
Y es que el bueno de Daredevil siempre ha sido un personaje oscuro, atormentado perseguido por la desgracia, por la muerte de novias o por la degradación «hijoputesca» a la que le han sometido algunos de sus enemigos (como el antes mencionado Rey Pillo). Sin lugar a dudas, el Daredevil de Miller plasmó todo esto hasta cotas tremebundas, y todo ello fue posteriormente continuado por distintos autores hasta llegar a la etapa de Andy Diggle, en la que el cuernecitos se convirtió en un verdadero cabronazo que puteó a la cocina del infierno cosa mala (si queréis saber qué cojones hizo os leéis la saga de Tierra de Sombras, coñe)…
El caso es que ahora llega el bueno de Mark Waid, se pasa toda esa época oscura por el ojete y aleja al bueno de Matt Murdock de todos esos tintes chungos que habían caracterizado las aventuras de este personaje durante los últimos años. Se centrará incluso bastante en su faceta de abogado, pues merece la pena decir que casi todos los números del tomo giran en torno a casos con clientes que se ven metidos en atolladeros y necesitarán de la ayuda tanto de Matt Murdock como de Daredevil.
Tampoco me ha llamado excesivamente la atención el hecho de que el tomo sea un desfile de villanos de segunda tales como Klaw, Hydra, La Mancha o un puñado de mafiosos a los que cualquier superhéroe los pega un hostión y los revienta, no me jodas. Eso sí, curiosa me ha resultado la particularidad de que la identidad del cuernecitos sea actualmente algo vox populi, lo cual será usado por abogados rivales para echar por tierra las argumentaciones de Murdock en los juicios. Pero vamos, que es un detalle puntual dentro de unas historias que no me han acabado de convencer…
En definitiva, he de reconocer que personalmente me esperaba más de esta nueva etapa de Daredevil. Para mi humilde gusto son historias que se dejan leer y poco más, pues ni intrigan ni emocionan. No sé, a lo mejor es que soy un poco cabrón y me jode ver a este tío tan vivaracho en lugar de con su sempiterna cara de palo y marcado por la desgracia (hasta el dibujo de Marcos Martín y Paolo Rivera es alegre, colorido y rebonito, oleee). El caso es que soy consciente de que quizás no sea muy justa esta última valoración que voy a hacer habiendo leído solo el primer tomo, pero por ahora me quedo con las respectivas etapas de Bendis o de Brubaker sin pestañear, ale…