Harto de ver cómo mi PS3 coge polvo de una manera bestial (y eso que la limpio y la doy besitos de vez en cuando), me propuse hace poco pillarme uno de los pocos juegos exclusivos que hay en su galería: DEMON’S SOULS. Tengo que comentar que los poseedores de una PS3 estarán felices porque este año se avecina una verdadera avalancha de juegos exclusivos para la negrita de Sony. Y yo contento de ello para obligarme a darle más uso del que le doy.
Volviendo a Demon’s Souls, lo vi bastante baratito en una de las tiendas de UK en las que suelo comprar y me propuse a jugarlo, aún sabiendo de antemano que al parecer es chungo de pelotas y que seguramente no tendría disponible el tiempo libre que me gustaría dedicarle. No voy muy descaminado en este aspecto como leeréis a continuación.
Demon’s Souls es un juego de rol (RPG) medieval que nos situa en el mundo de Boletaria y donde encarnamos un personaje que tiene como misión acabar con un demonio llamado «El Anciano«. Para ello, nuestro héroe tendrá que eliminar uno a uno una serie de demonios que sirven a El Anciano con el propósito de terminar llamándole la atención y poder enfrentarse a él. Cada enemigo que eliminemos nos otorgará almas, que en este juego serán la moneda de cambio, y nos permitirán mejorar nuestro equipamiento, aprender conjuros nuevos y realizar subidas de características. Todo esto, hasta el momento, lo normal en un juego de rol.
Lo primero que llama la atención del juego es que nos encontramos en un juego de rol a la vieja usanza, donde no existen la subidas automáticas tan de moda en los juegos actuales para amoldarse a todos los perfiles de jugador. Esto puede hacer que los jugadores más novatos se echen un poco para atrás a la hora de probar Demon’s Souls, ya que éste requiere que le dediquemos mucho tiempo. Quizás si la dificultad del juego fuera gradual esto no supondría un problema, pero lo cierto es que se nos ponen las cosas muy difíciles desde el comienzo. Tan difíciles que tendremos que repetir una y otra vez las fases del juego, incluida la primera, llegando a desesperar.
Además de la dificultad que entraña el título, cada vez que nos maten en una fase volveremos al principio, con todos los enemigos que ya nos costó lo suyo eliminar, vivitos y coleando, y por tanto tendremos que repetir todo de nuevo. Es cierto que durante las fases activaremos atajos que nos facilitarán las cosas en cada repetición, pero ya os aviso que a mi por lo menos se me hace insuficiente. Como podéis ver, recuerda al viejo sistema de juegos, donde repetíamos una y otra vez las fases cada vez que nos mataban. Creo que no he visto juego tan chungo desde que jugué a Battletoads (seguro que habrá más, pero es uno de los que me han venido a la cabeza ahora mismo).
Una lástima que Demon’s Souls requiera tanta paciencia y tanta dedicación, ya que huele a juego impresionante, pero que debido a su dificultad sólo los más aventurados y pacientes podrán degustar. En mi caso, debido al poco tiempo que tengo para dedicarle a los videojuegos, y sumándole la gran lista de espera que tengo, Demon’s Souls ha quedado relegado en la estanteria a la espera de volver a ser jugado. Y sólo pude llegar a la segunda misión (hasta los huevos terminé del caballero azul al final del puente donde nos ataca un dragón).
A la espera de una nueva oportunidad, donde espero poder contaros algo más de este juego, sólo me queda recomendarlo a todos aquellos que les gusten los retos y los juegos chungos de pelotas. Si esperas un Mass Effect, olvídate.
Os dejo un trailer donde podéis ver la buena pinta que tiene (me da pena no haber podido ver más del juego, ¿será que soy un paquete?):