Trish y Jackie son amigas del colegio y ávidas jugadoras de rol. Sin embargo, a medida que pasan los cursos, sus caminos comienzan a distanciarse. Pero cuando la línea entre la realidad y el mundo de fantasía que han creado se disuelve debido a una maligna oscuridad, ¿podrán convertirse en las heroínas de su propia historia? ¿Podrán olvidarse de dónde vienen y dejarse ir la una a la otra?
Ya tenemos aquí la segunda entrega de la intrigante serie Mitos del Huerto de los Huesos de Jeff Lemire y Andrea Sorrentino: una antología de historias, a priori, de corte independiente una de otra. En ese aspecto, los lectores que se acerquen a esta segunda historia sin haber pasado previamente por su primera historia El Pasadizo, no tendrán la sensación de que les falte información en ningún momento. Sí es cierto que los autores tienen algo entre manos más grande, pero la historia que tenemos en este tomo es totalmente autoconclusiva.
Jeff Lemire nos narra esta historia a través de tres tramas en paralelo, donde el trío de relatos son los hilos de un collage compuesto a partir de lo que sucedió en el pasado, en un mundo de fantasía y en el presente. El guionista canadiense mete en un tres en uno una historia de misterio, terror y amistad, siendo este último el verdadero eje de todo.
En este «Diez mil plumas negras» nos encontramos con un equipo creativo que se encuentra super a gusto trabajando juntos, con un escritor que sabe dar giros y elementos terroríficos que son aprovechados por Sorrentino y Stewart para lucirse una vez más.
Andrea Sorrentino es la auténtica estrella del tomo (y que además cuenta con el color de Dave Stewart, que es toda una garantía, y que marca con su increíble paleta cromática el tono perfecto, perturbador y misterioso para este mundo entre lo terrenal y lo terrorífico. Stewart plantea además dos colores diferentes para diferenciar las escenas y que hacen que la lectura sea super clara y fluida), alternando su habitual estilo con manchas de negro con otro de línea más clara, utilizando cada uno para un momento cronológico diferente de la historia. Y en algunos pasajes, el excelente recurso de las plumas sobrevolando las viñetas nos permiten ver ambos mundos simultáneamente.
El italiano carga con todo el peso del volumen en sus hombros, consiguiendo aumentar constantemente la tensión desde el principio con su siempre innovador uso de la estructura de la página —su imaginación en este sentido parece no tener fin— y, llegado el momento, con alucinantes y muy terroríficas imágenes que ilustran aquello que se encuentra atormentando a nuestras protagonistas. Estamos ante uno de esos casos en los que sólo el dibujo justifica de sobra la compra de este comic.
No podemos olvidar «The Bone Orchard Mythos Prelude“, una grapa de 32 páginas que Astiberri Ediciones regala con la compra de cualquier título de la colección.
En definitiva: Aunque «Diez mil plumas negras» se plantea con principio y final para esta historia concreta, deja con la sensación de que apenas hemos arañado en la superficie del misterio de este agujero y lo que yace debajo, con lo que ya os podéis imaginar el enganche que tengo ahora mismo con esta serie.
Me alegra poder disfrutar de este tipo de historias, totalmente recomendado no sólo para los amantes del terror sino para cualquiera que quiera leer historias con personalidad que se salen de la norma.
Por Francisco José Arcos Serrano