Si uno omite la primera parte del título de este tomo y se queda sólo con lo de triunfo y tormento puede llegar a pensar que esto trata sobre un cincuentón que cree haber dado el pelotazo casándose con una lasciva jovenzuela veinteañera (triunfo) y al final la moza acaba divorciándose y sacándole hasta el último eurete del pobre calzonazos en cuestión (tormento). Pero no amiguitos, el post al que dedicamos hoy la reseña es referente a cierta novela gráfica del año 1989 que para muchos es una verdadera y auténtica obra maestra que aunó el talento de dos monstruos del cómic mundial…
Y es que una historia que tiene a Rogern Stern por guionista y a Mike Mignola como dibujante tiene que ser buena por cojones. Lo cierto es que aún sigo dándole vueltas al hecho de cómo un puto frikazo como yo todavía no había catado un cómic avalado por una dupla creativa de semejante talento. Menos mal que los de Panini lo han vuelto a publicar hace unas pocas semanas en una magnífica edición en tapa dura. Así que si te consideras fan del noveno arte y no lo has leído no sé a qué cojones estás esperando…
Vale, reconozco que nunca me había llamado la atención este cómic debido a que no soy muy afín a los guiones de personajes dados a las artes místicas, la magia y demás polladas de esas (vamos que el bueno de Stephen Extraño nunca ha sido santo de mi devoción y sus andanzas sólo las toleraba cuando salía acompañado por algunos otros personajes de la editorial con más tirón). En cambio el Doctor Muerte siempre ha sido un malote bastante de mi agrado por todas esas motivaciones que le llevan a tener esa peculiar personalidad repleta de orgullo, altanería y con ese curioso sentido del honor. Pero insisto una vez más en el hecho de que mi «simpatía» por este último personaje no era suficiente bagaje como para interesarme alguna vez por la lectura de este cómic…
Tomándose unos copazos
Pero ay amigo, a veces uno ha de dejar de lado sus prejuicios y dar una oportunidad a ciertas cosas (ya podía aplicarse el cuento cierta vecina mía). Y eso es lo que pensé el otro día en la tienda cuando vi esta nueva reedición de Panini y leí el atractivo texto de la contraportada: Cada año, el peor villano del Universo Marvel combate contra Mefisto por el alma de su madre. Cada año, pierde la batalla. Pero, ¿qué ocurriría si tuviera a su lado el poder del Doctor Extraño, el Hechicero Supremo de nuestra dimensión?. Y en un alarde torero me hice con este tomo…
Vosotros no señáléis, que es de mala educación
El caso es que a lo largo de sus páginas veremos los destinos de ambos personajes unidos, ya que por una serie de vicisitudes el pobre Stephen se verá en la obligación de tener que ayudar al tirano líder de Latveria a ayudar a liberar el alma de su madre de las garras del malvado Mefisto. Aparte de este hilo argumental principal, la historia esta repleta de flashbacks magníficamente intercalados y que nos sirven para entender esas personalidades tan diferenciadas entre uno y otro personaje. Además con ese recurso narrativo se ahonda también en el pasado de ambos protagonistas, y personalmente me ha encantado el que incide en las motivaciones y el afán de Muerte por liberar el alma de su madre (todas esas vicisitudes contadas en pocas viñetas nos hacen entender mejor el peculiar carácter de este personaje).
El cómic cuenta con la aparición estelar de Rajoy
Todos estos elementos componen un argumento magníficamente llevado, una historia de esas que enganchan de principio a fin y que alcanza su cenit en la parte que se desarrolla en el infierno por el hecho de ver cómo nuestros protagonistas (a pesar de sus grandes habilidades) han de mantener la cabeza fría para no sucumbir ante los engaños y las tentaciones del rey de las mentiras. Todo ello hasta llegar a un emotivo desenlace que nos hace reflexionar sobre la ambigüedad moral del comportamiento de Muerte en algunos momentos.
El Doctor Muerte en un concierto de Heavy Metal
En definitiva, tal y como he dicho al principio, si te consideras fan del noveno arte y aún no has leído Doctor Extraño & Doctor Muerte: Triunfo y Tormento no sé a qué coño esperas. Una novela gráfica, que cuando vio la luz allá por el año 1989, era justamente el momento en el que un servidor empezaba a interesarse por esto de los cómics Marvel gracias a un colega del cole. Ahora 24 añazos después me alegra poder seguir disfrutando de este vicio y poder catar lecturazas como esta. Pues ea, a leerla que ya estás tardando…