Ya comenté hace unos poquitos días en mi última reseña comiquera que no está bien encasillarse en sólo cómic americano, ya que en Europa también se hacen muy buenas historias a nivel de argumento y de dibujo. Así que el otro día me apliqué el cuento y me hice con este tomo titulado Durango. Ya tenía yo cierta experiencia en el comic europeo ambientando en el western, ya que hace unos años me compré algunos tomos de Blueberry por la época en la que estrenaron la película basada en este personaje.
El caso es que esos cómics del gran Blueberry me impresionaron muy gratamente y tan buen sabor de boca me dejaron tanto a nivel de argumento como de dibujo que me hice con unos cuantos más, los cuales guardo en mi comicteca como si fueran joyitas. Todo esto me sirvió para ir poniendo los cimientos de la idea de que hay vida más allá del comic americano y sobre todo que hay otros géneros con muy buenas historias hechas en nuestro continente que merecen mucho la pena. Y Durango es, en mi más que humilde opinión, una de ellas…
Así que debido a ese grato recuerdo que tuve con la antes comentada experiencia de Blueberry, no me lo pensé ni un minuto cuando vi en la tienda este tomo que me recordó los buenos ratos que he pasado leyendo las aventuras del personaje creado por Charlier & Giraud. Y la verdad es que tras haberlo catado tengo que reconocer que Durango guarda bastante parangón con las aventuras de Blueberry. El tomo recoge tres historias de este personaje llamado así (Durango), un jinete solitario cuya fama de trotamundos le lleva a ganarse la vida haciendo encargos para todo aquel que quiera alquilar sus servicios como tirador (aunque a veces se verá metido en entuertos en los que deberá sacar a relucir sus dotes de forma altruista para proteger a débiles e inocentes).
Más puntería que Robin Hood tras tomarse una manzanilla
De esta forma, a lo largo de esas tres historias que nos ofrece este tomo tendremos los típicos clichés del género, tales como tiroteos, duelos, senadores corruptos que quieren controlar los negocios de un pueblo, robos de bancos y huidas al galope, etc, pero todo magníficamente contado y narrado de una manera que sabe captar en todo momento la atención del lector a pesar de ser los sempiternos tópicos vistos una y otra vez en cualquier película del género.
Durango en plan chulazo
Para mi gusto la mejor historia es la segunda, en la que Durango se las tendrá que ver con unos bandidos que, tras robar un banco, su huida les llevará a un pueblo lleno de beatos y de gente pacífica que en su puta vida han empuñado un arma. Los bandidos cometerán todo tipo de abusos y excesos con la gente de ese pueblo y sólo Durango (por azares del destino) podrá ayudarles para acabar con esos malhechores. Salvando un poco las distancias, esta historia me ha recordado un poco a la película titulada Infierno de Cobardes, en la que un forastero deberá ayudar a un hatajo de gente sin agallas para librar a un pacífico pueblo de la violencia. Y sin lugar a dudas merece también la pena dedicar unas palabras al magnífico dibujo de toda esta obra, con ese trazo tan europeo de su autor Yves Swolfs con un estilo tan elegante y detallista (es una auténtica delicia cada página del tomo).
¡Ostiás, qué escabechina!
En definitiva, no quiero acabar este post sin volver a recomendar este magnífico primer tomo de Durango a todo el mundo, que aunque no aporta nada nuevo a los típicos clichés del spaguetti western, al menos nos ofrece historias muy entretenidas de leer y sobre todo le hacen pasar a uno un rato muy ameno leyendo las aventuras de este jinete solitario.