El viernes pasado fue día de visita a mi tienda friki favorita a pulirme los millonazos que amaso gracias a las demandas por lanzarme a lo Arteche encima de los coches y luego denunciar a los conductores. Así que he aprovechado para hacerme con esta apuesta personal que tenía ganas de degustar. Antes de nada he de decir que de DV8 no había leído absolutamente nada hasta la fecha. Fue una de las colecciones del sello Wildstorm que irrumpieron por estos lares a finales de los años 90, pero por aquel entonces no me fijé en ella ya que estaba mucho más ensimismado en títulos como Wildcats, Stormwatch, Gen13, étc…
Así que hoy me la he jugado y me he decidido a dar una oportunidad a este grupo, pues echando un ojo allí en la tienda a este tomo que nos ocupa y leyendo el resumen de la contraportada me ha engatusado más que Bianca Beauchamp poniéndome morritos. Y la verdad es que he de reconocer que DV8: dioses y monstruos ha sido una lectura de la que he de decir que no me ha desagradado para nada.
Y es que ciertamente este tomo plantea un argumento bastante atrayente, consistente en que los miembros del grupo DV8 han aparecido sin saber cómo en un planeta que desconocen. Lo único que saben es que lo habitan varias tribus primitivas enfrentadas que están impresionadas con sus espectaculares poderes. Cada uno de los miembros deberá decidir qué hacer en esta situación: ¿Ser un dios misericordioso? ¿No inmiscuirse en sus problemas? ¿Tratarlos como iguales? ¿O llevarlos a la guerra con sus vecinos?.
Ese párrafo que acabáis de leer es el resumen de la contraportada que os he comentado antes, y que os he puesto para que veáis cómo a pesar de que uno no conozca apenas nada sobre estos personajes el argumento resulta llamativo cuanto menos. Antes de su lectura tenía la sensación de que a lo mejor no me iba a enterar bien de la historia por no tener conocimientos previos sobre ellos (lo único que sabía es que son un grupo de Genoactivos que fueron puteados y manipulados cosa mala por la zorrísima Ivana Baiul). Lo que quiero decir con esta parrafada es que aunque no tengas ni guarra de quién coñe son estos tipos de DV8, ello no supone impedimento alguno para adentrarse en la lectura del tomo, ya que a lo largo del mismo se nos van dando pinceladas de cada uno de los personajes (tanto de sus nombres como de sus poderes) y poco a poco vamos familiarizándonos con ellos. Personalmente me ha resultado curioso el hecho del poco compañerismo que hay entre casi todos, pues más bien parece un grupo de tipejos chulescos y con malas pulgas que no se aguantan entre sí y sin lazos de amistad alguna.
Lo que sí está claro es que el tomo tiene un buen desarrollo de las actitudes y las personalidades de cada uno de los protagonistas en un contexto como el comentado antes, dentro de esa tesitura de caer en un planeta habitado por tribus que llevan años y años batallando entre ellas y que les toman por dioses debido a esos poderes y a esas habilidades especiales de las que hacen gala cada uno de ellos. Y es que el ser humano siempre ha tenido la necesidad de creer en algún ente superior que dé significado a sus vidas y que sirva para dar explicación a todo lo que escapa a su entendimiento. Y esa será la función que se asigne a algunos de los miembros de DV8 por parte de las gentes de ese lugar, lo cual permitirá a algunos de nuestros protagonistas asumir ese papel de dioses que se les otorga y usar a esos pobres «devotos» para sus propios fines o para dar rienda suelta a sus enemistades con otros compis del grupo que se han autoproclamado también como deidades.
Todo ello será narrado y contado desde la perspectiva de la principal protagonista (Gem Antonelli alias Copycat) quien llevará el hilo de la historia ejerciendo como interlocutora en una especie de interrogatorio al que la someten y en el que cuenta lo acaecido durante la estancia del grupo en ese lugar mientras muchos de ellos jugaban a ser dioses. Y será al final del tomo cuando encontraremos la explicacion de porqué fueron puestos en ese planeta y el porqué de esa experiencia, dejándonos la sensación de que estos tipos de DV8 no son más que un puñado de peleles en manos de cualquiera. Así que a la pregunta de si recomiendo su lectura a pesar de que uno no esté muy puesto en las andanzas de este grupo yo diría que sí, porque la historia es perfectamente entendible a pesar de que no seas un tío con demasiadas tablas en estos personajes del universo Wildstorm.