Muchos de los superhéroes más conocidos aparecieron en escena hace un porrón de años, y es curioso ver cómo parece que el tiempo no pasa para ellos y se mantienen atléticos y con cuerpos dignos de atletas jovenzuelos. Pero no nos llevemos a engaño, aunque algunos de ellos tienen superpoderes, es de esperar que la vejez les haga mella y alguna que otra cana les aparezca tras el paso del tiempo. De la misma forma que a mi me ha ido apareciendo una mini barriga (el que diga que es un barrigote debería mirarse su propio culo fofo) a estos tipos que visten trajes ajustados les terminará saliendo tarde o temprano, ¿no? ¿Os imagináis cómo serán algunos de los superhéroes más conocidos en la recta final de su vida? ¿Tendrán pelo canoso? ¿Serán calveras? Aquí os traemos algunas imágenes de posibles futuros de algunos de los superhéroes más conocidos.
Los pedazo pasteles que hace la tía May terminarán costándole caro a Spiderman, no por pagar los ingredientes, si no por la pasta que se dejará en tela para su traje cuando gane unos kilitos debido a la edad:
El hecho de vivir por la noche tenía que costarle caro a un tipo como Batman. No puede ser que no cayese alguna vez en la depravación que esconde Gothan City en sus calles y terminase con un par de furcias bailando la conga en un local de moda. Las fiestas que se correrá el hombre murciélago le harán convertirse en un triste borrachín:
Y qué podríamos decir del Capi, un tío que tiene aproximadamente 100 años, pero que debido al efecto de las frías aguas del Ártico, que le conservaron mejor incluso que a Berlusconi (y mira que ya es difícil), se mantuvo joven pasados varios años después. Esto tarde o temprano se tendría que notar en algún aspecto. El pobre, aún pasando varios años, nunca llegó a acostumbrarse a esta nueva vida, y eso le llevó a dedicarse también un poco al alcohol y terminar viviendo sólo y abandonado en su casa, a lo rodríguez:
Debe ser terrible para alguien que está acostumbrado a repartir hostias a mansalva verse relegado a la tercera edad. Poco a poco su cuerpo impedirá que luzcan esos poderes de los que tanto fardaban en su juventud, les saldrán arrugas, se les caerá el pelo, sufrirán de pérdidas de orina… Lo que me mosquea un poco es que aparte de pagar los destrozos que generan estos tíos en sus batallas contra los malosos de turno (porque alguien tendrá que pagar eso, ¿no?) cuando éstos se vayan haciendo unos viejunos les tendremos que pagar la residencia de ancianos. Manda cojones.
Esperemos, por el bien de todos los superhéroes del mundo, que la edad no les termine pasando factura. No puedo imaginarme a Superman, hastiado en su jubilación, mirando las obras de la ciudad de Metrópolis.