Lo primero que hay que decir es que se trata de una película escrita y producida por Robert Zemeckis, por lo que sin duda alguna algo bueno ha de tener. Comentando un poco el argumento diré que la historia nos pone en el pellejo de dos bomberos de Arkansas, quienes reciben de manos moribundas de la víctima de un incendio un plano que indica el lugar en el que se esconden unos objetos de oro robados en una iglesia mucho tiempo atrás. Se trata de una fábrica abandonada de St. Louis, territorio de una de las bandas que dominan la ciudad. De esta forma, mientras los dos amigos buscan el tesoro, serán testigos fortuitos de un ajuste de cuentas entre bandas en ese lugar. Así que como es de suponer no les quedará otra opción que la de refugiarse en una estancia de esa vieja fábrica, con el hermano menor del jefe de la banda como rehén, viéndose atrapados sin escapatoria y teniendo que aguantar el asedio al que son sometidos.
Hay que decir que el film contiene todos los estereotipos de personajes que os podáis imaginar, retratados e interpretados de forma magnífica. Así por ejemplo, tendremos a los dos protagonistas cuyos caracteres son totalmente opuestos (es decir, uno será el típico personaje bonachón e inocentón, que hace de contrapunto con respecto al carácter impetuoso y avaricioso de su compañero). En cuanto a los personajes que forman la banda que quieren silenciar a esos «testigos imprevistos», también vamos a encontrar un grupo de lo más variopinto: desde el yonqui desquiciado hasta el tío violento y chungo de gatillo nervioso, pasando por el jefe chulesco y de cabeza fría. A este respecto hay que comentar que seguro que a más de uno les sonarán las caras de los raperos Ice Cube y Ice-T (yo hasta pensaba que con tanto Ice, de algún momento a otro iba a salir por ahí hasta Vanilla Ice). ¡Ah bueno!, mención especial también al personaje del vagabundo que habita en esa fábrica abandonada, que a mí personalmente me pareció que era «clavao» al mayordomo del Príncipe de Bel-Air.
Otro detalle que me ha gustado bastante del film son las distintas reacciones de los protagonistas que se derivan de esa «fiebre del oro», ante el hecho de tener un auténtico fortunón en su poder, y que no les sirva de nada para salir airosos de esa situación tan chunga en la que se ven metidos. En mi humilde opinión, creo que está muy bien retratado a lo largo de todo el metraje esa ambición que ciega a uno de los protagonistas y que le provoca la necesidad de encontrar la forma de escapar de esa situación y encima llevándose todo el oro que han encontrado (cuando por lo general uno no lo puede tener todo en esta vida y a veces hay situaciones en las que se ha de elegir si interesa más el dinero o salvar el pellejo). Todo ello provocará, como digo, una auténtica fiebre del oro que incluso enfrentará a los dos amigos protagonistas, y que poco a poco se irá contagiando al resto de personajes, provocando todo tipo de maquinaciones y traiciones de unos contra otros.
En definitiva, el Tiempo de los Intrusos es uno de esos films que mantienen el interés del espectador de principio a fin, con un argumento interesante que va ganando cada vez más enteros y que engancha hasta llegar al desenlace. A mí personalmente me ha parecido una buena película de acción, tiroteos, incendios, ambiciones y traiciones de esas que te hacen pasar un buen rato sin que decaiga la cosa. Personalmente la recomiendo a todo el que quiera pasar 90 minutos bastante entretenidos.