Para ‘eternal guarro’ un colega nuestro, que por lo que nos cuenta nunca falta a su cita de los viernes noche con los clínex, los ganchitos y la porno del plus (se comenta que antaño las veía hasta codificadas el cabrón). Pero gracias a los dioses hoy no os vamos a hablar sobre este maromazo, sino de cierta novedad que nos ha traído la gente de Aleta Ediciones hace unas poquitas semanas y que seguramente inquietará a todos los seguidores de la editorial Valiant.
Sí, queridos amiguitos, habéis oído bien, pues no creo que quede a estas alturas algún joyón que no se haya enterado que desde el mes de diciembre los chicos de Aleta Ediciones son los encargados de publicar los títulos de Valiant en nuestro país, los cuales seguirán al mismo ritmo de edición que disfrutaban hasta ahora e incluso se han permitido el lujo de publicar nuevas series muy esperadas por muchos. Y una de ellas ha sido este Eternal Warrior, cuya portada puede ser un tremendo reclamo para todos aquellos que disfruten con historias protagonizadas por tipos fornidos pegando mandoblazos con un espadote. Pero si crees que esto va a ser una especie de «Conan» estás muy equivocado, chaval…
Lo de «Eternal Warrior» tiene su explicación en el hecho de que a lo largo de diez mil años (y a través de un millar de campos de batalla) GiladAnni-Padda ha recorrido los rincones más tenebrosos y misteriosos de la historia. Pero tanto horror tanto derramamiento de sangre y tanta guerra constante le han acabado pasando factura al hombre que responde al mito de El Guerrero Eterno por lo que ha renunciado a sus deberes como el Puño y el Acero de la Tierra para disfrutar de una vida tranquila de retiro. Pero cuando una sangrienta venganza, que hunde sus raíces en el lejano pasado tiene lugar en el presente, deberá decidir si regresa o no a la senda de la guerra.
Sí, amiguitos, el bueno de Gilad es algo así como una especie de guerrero inmortal que ha vivido siempre por y para la guerra. Pero con el paso de los siglos fue perdiendo su devoción por esa tarea hasta que cierto hecho del presente le pone en la tesitura de tener que volver a recuperar su antiguo hábito y volver a empuñar un arma. De esta forma, gran parte de la historia se nos narra a través de las notas mentales de Gilad, en las que se irán mezclando elementos del pasado y del presente de nuestro protagonista, con algún que otro flashback intercalado, con los que ahondaremos en ciertos hechos de su vida y que nos servirán sobre todo para conocer un poco mejor la relación que tuvo con sus dos hijos (Xaran y Mitu), dos hermanos con unos caracteres tan distintos como el día y la noche.
Ciertamente al cómic hay que concederle un arranque bastante prometedor, con cierta cruda batalla que libró Gilad en la Antigua Mesopotamia contra el Culto de la Muerte de Nergal, con la que se abre el tomo y en la que veremos cómo supondrá un punto de inflexión en la vida de nuestro protagonista a raíz de cierto hecho que protagonizan sus hijos en esa batalla. A continuación, la historia pega un repentino salto hasta la actualidad, con un Gilad hasta el ojete de tantos siglos y siglos de guerras y batallas libradas, pero que por azares del destino se reencontrará de nuevo con su odiada hija (que también lleva esa sangre inmortal en sus venas), dando lugar a uno de esos argumentos en los que dos personas que se odian y que habían jurado no volver a verse deberán entrelazar de nuevo sus destinos para combatir una amenaza bastante inesperada.
¿Y qué tipo de amenaza será la que obliga a que dos personas que se odian tanto tengan que colaborar juntos?. Pues no seré yo el que la desvele, para que así no tengáis una excusa para darme de ostias cuando me veáis por la calle por spoilear sorpresas. Y a este respecto he de decir que esa amenaza ni mucho menos consigue dar a este argumento (de momento) la fuerza necesaria para convertirse en mi título favorito de las series Valiant. A decir verdad, creo que incluso este cómic tiene un cierto regustillo a X-O Manowar, en el sentido de que aquí también seremos partícipes de las andanzas de un personaje del pasado en el tiempo presente, con la salvedad de que aquella tenía un argumento más atrayente y con mejor ritmo que ésta.
Pero sería injusto decir que Eternal Warrior no sea un título recomendable para todo aquel que tenga curiosidad por él, pues a este primer tomo hay que concederle el mérito de que su final deja el argumento abierto a un montón de posibilidades, que ya veremos cómo se irán desarrollando, pero que ciertamente pueden dar mucho juego. Así que sin ser nada del otro jueves, creo que se trata de un cómic al que habrá que seguir dándole una oportunidad, sobre todo por el hecho de ver cómo se desarrolla en los próximos números el tema de la más que tensa relación de Gilad con sus dos hijos. Por cierto, tremendo dibujazo de Trevor Hairsine y de Clayton Crain (lo mejor sin duda del tomo, con diferencia).