Todo el que me conoce un poco sabe que soy un arduo admirador del cine basado en la 2ª guerra mundial, ya que me parece un período de la historia fascinante. De este tipo de cine, sobre todo me gustan las películas que traen implícitas un mensaje antibelicista sobre lo absurdo y lo poco racional que hay en la guerra (la película de Senderos de Gloria me encantó precisamente porque capta a la perfección ese mensaje). Así que desde hacía tiempo llevaba queriendo ver esta película titulada Feliz Navidad, porque por lo que me había podido documentar sobre ella, tiene un mensaje antibelicista cojonudo. Y es que este film está basado en acontecimientos reales que tuvieron lugar durante las navidades de la Primera Guerra Mundial (concretamente en 1914), cuando las tropas alemanas, francesas y británicas depusieron las armas y celebraron la Nochebuena juntos, cantando villancicos, orando, enterrando a sus muertos y hasta jugando al fútbol entre ellos.
En todo momento se deja claro un mensaje en favor de la paz y la hermandad de los pueblos, y sobre todo se lanza una severa crítica y una denuncia contra los gobiernos (y también contra la iglesia), por obligar a sus jóvenes a participar en guerras fraticidas por intereses que les son ajenos. A lo largo de la película queda bien reflejado cómo los altos mandos no tienen reparos en mandar a la muerte a miles y miles de soldados que son carne de cañón, mientras ellos trazan planes y estrategias cómodamente en sus lujosas mansiones. Y es que de alguna forma lo que esta película nos trata de transmitir es que puede ocurrir que los grandes ideales patrióticos se diluyan ante el horror de la guerra, y sobre todo la película invita a la reflexión de porqué el hecho de mostrar un poco de humanidad en la guerra puede ser considerado como alta traición. Tengo que reconocer que la película tiene momentos bastante emotivos, pero si tuviera que quedarme con algo de ella sería con la frase que exclama el teniente francés ante un general que le recrimina el que haya confraternizado con el enemigo. La frase en cuestión dice algo como: «¿Qué sabe el país de lo que se sufre aquí y de lo que hacemos sin rechistar?. Me sentí más afín a los alemanes que los que me arengan contra ellos delante de un pavo relleno». Hay que reconocer que seguramente la película estará bastante idealizada y muestra una visión muy idílica sobre este hecho real, pero por lo que he podido documentarme por la web, existen registros de amistades de soldados de bandos enfrentados que sobrevivieron a la guerra y su amistad duró muchos años después de ésta.
En definitiva, una película que recomiendo encarecidamente a todo el mundo, ya que no se trata de un film como se suele decir vulgarmente «de guerra», sino que se trata de una preciosa película antibelicista que encierra un mensaje que debería ver todo el mundo. ¡Ah!, y por último me gustaría alabar el papel del soldado alemán y de su novia (interpretada por la guapísima Diane Kruger), que seguramente os sonará por haberla visto en la peli de Troya.
En definitiva, una película que recomiendo encarecidamente a todo el mundo, ya que no se trata de un film como se suele decir vulgarmente «de guerra», sino que se trata de una preciosa película antibelicista que encierra un mensaje que debería ver todo el mundo. ¡Ah!, y por último me gustaría alabar el papel del soldado alemán y de su novia (interpretada por la guapísima Diane Kruger), que seguramente os sonará por haberla visto en la peli de Troya.