Todos tenemos un pasado, algunos intentan ocultarlo pero te sigue a todas partes. En Vas Tú Listo no tenemos miedo en ocultar nuestros gustos en cine, porque mientras algunos bailaban como locos siguiendo los pasos de Raffaella Carrà otros nos dedicábamos a visionar películas que nunca llegarán a ser reconocidas como los pilares de la industria cinematográfica.
Hoy le voy a dedicar este espacio a dos grandes, sobre todo uno de ellos es enorme. Bud Spencer y Terence Hill han sido compañeros de reparto en muchas películas y como aquí no sobra el espacio, vamos a comentar las 2 que más recuerdo.
Para comenzar las presentaciones, Mario Girotti (Terence Hill) comenzó a los 12 años en el cine y Carlo Pedersoli (Bud Spencer), que participó en 3 olimpiadas, se unieron para formar un dúo muy singular. Al igual que otros grandes del cine que han trabajado formando dúos, tales como Laurel & Hardy o Abbott & Costello, también se caracterizan por encasillarse en su papel, pues mientras que Terence hacía del espabilado, Bud hacía de bonachón pero no por ello pegaba menos toñas.
Como decía, hay dos películas que me llegaron a calar hondo en su momento.
1- Le llamaban Trinidad (1970)
Trinidad y su hermano el niño nos demostraron cómo dos malos pueden ser muy buenos, y es que menudos ladrones de caballos. Se hizo una segunda parte “Le seguían llamando Trinidad”, puro Spaghetti Western que lanzó a la fama a sus protagonistas.
Desde luego a uno le dan ganas de un buen plato de fabada cuando acababa de ver los platazos que se metían.
Terence era la mano derecha del diablo, pero aquí los chicos siempre han triunfado metiendo yoyas. Con su particular forma de montar a caballo nos dio una nueva forma de ver el oeste.
2- …Y si no, nos enfadamos (1974)
Una carrera de coches que acaba en una apuesta donde comer salchichas y beber cerveza te pueden hacer ganar el premio de un Buggy rojo con capota amarilla. Se rodó en España y en Italia (principalmente en Roma y Madrid), incluso aparecen Fernando Esteso y Andrés Pajares.
La banda sonora “Dune Buggy” de Oliver Onions y su “Come with me for fun in my buggy” aún resuena en mi cabeza después de tantos años mientras esos dos repartían leña a mano abierta. El momento clímax de cualquier película era la hora de las tortas y en eso eran unos maestros. Debemos tener en cuenta que una de las yoyas que caracterizan a Bud es mano abierta contra lateral de cuello o mano cerrada a lo martillo y golpe en toda la frente (eso unido al sonido característico de una toña bien dada eran el summun dentro del panorama de la torta).
Entre las escenas más entrañables encontramos la pelea en el gimnasio, la persecución de motos y la escena del coro.
Sin duda son dos clásicos a tener en cuenta. Antes de terminar os voy a dejar una foto de Bud en sus tiempos mozos, pues después de leer todo esto, algunos dudarán sobre el hecho de que Bud Spencer se dedicara a la natación.
Si es que es todo un campeón.
Joder bud spencer, cómo se echan a perder, una lasstima, eso si, las pelis siempre me gustaron jeje
Bud Spencer y Terence Hill eran mis ídolos de antaño (la de cintas en VHS que tenía por ahí grabadas con sus pelis).
Hace ya tiempo me hice con todos los dvd’s de la colección que sacaron en el diario Marca y los tengo en un lugar de honor de mi estantería.
http://www.vastulisto.com/coleccion-bud-spencer-terence-hill/
Y es que estos dos son el mejor ejemplo para demostrar que a veces las cosas se arreglan a base de hostias. Por cierto, su mejor peli: dos super dos.
¡Ah! y coincido en que la mejor canción de sus pelis es la del mini-bólido rojo con capota amarilla…
Sin duda, la tarareo desde que era pequeño, es como quedar marcado a fuego.
Dios, qué grandes… qué buenas tardes me he pasado en casa del Sr Grifter viendo a estos dos 🙂
Yo de pequeño quede muy impactado y en el cole arreglaba las cosas siempre al estilo bud Spencer.
A mi hijo pequeño por sus maneras, creo que también le gustaran, le mete al grande unas ensaladas de campeonato.
Joder que recuerdos de sesiones matinales en el cine de mi pueblo con el pestazo a palomitacas, el jaleo de miles de críos aplaudiendo cada piñazo del Bud (el tapón en la frente a puño cerrao es un modelo de plasticidad hostionil). Y esa canción…menudo hit.