Gamefest 2011: Las azafatas

Cuando hace unos días el nunca bien ponderado Kiko me propuso dejarnos caer por este evento me lo dijo mientras se zampaba un bocata de nocilla ahí con la bocaza llena, y claro yo le entendí Gayfest. Como es de suponer, le respondí que antes muerto, «pisoteao» y «enterrao» que ir a una movida chunga de esas. Una vez que el tío masticó el trozo de bocata y volvió a vocalizar como dios manda, me aclaró que no era el Gayfest sino el Gamefest y entonces yo ya pude respirar tranquilo. El caso es que ayer y hoy los muchachos de Vas Tú Listo hemos estado en esta feria del videojuego para cubrir el evento, y la principal conclusión que hemos extraído es que debería haberse llamado Game-Feost, porque estaba repleto hasta el ojete de criajos frikis de esos que se enganchan a una consola y se quedan pegados a ella sin soltarla como si fueran conejos follando, no me jodas. Más de una vez daban ganas de pegar un tremendo collejón a alguno de ellos y decirle: «Pero chaval, suelta ya el puto mando y deja de acaparar vicio, joder».

Así que a falta de poder probar los juegos que allí se presentaban debido a la vorágine de críos «viciaos» que se lanzaban a lo Arteche a por un consola libre, voy a centrar mi post de hoy en algo tanto o más interesante que los videojuegos: las tiazas buenorras. Y es que puede que los muchachos de Vas Tú Listo seamos un poco frikis, pero no somos gilipollas, y si vamos a un sitio donde hay jacas de buen ver lo suyo es hacer el huele-bragas sin que se nos caigan los anillos por ello. Así que a falta de poder probar juegacos como el nuevo Call of Duty, Battlefield 3, Batman Arkham City, Uncharted 3 o Saints Row: the third, nos dedicamos a jipiar a las chavalas que por allí pululaban. De todas formas, luego más tarde Kiko colgará otro post comentando otros detalles del Gamefest que pueden interesar más a los jugones, porque yo en el mío me centraré en las mozas sanas y castizas.

Y empezaremos fuerte con esta imagen del nunca bien ponderado Kiko posando con una rubia (un poco retaco para mi humilde gusto) pero con un arte saleroso que no se puede negar. Obsérvense las letras de la bolsa que sujeta este muchacho, indicativas del tremendo tembleque que le estaba dando a este mozo en la zarpa en el momento del posado.

El nunca bien ponderado Kiko arrimando cebolleta

A pesar de que yo soy un caballero, también me lancé por bulerías a ser retratado con una de las chavalas que pululaban por el Gamefest. Aún a riesgo de resultar empitonado me envalentoné y me la jugué en plan espontáneo que salta a la plaza de las Ventas.

El Sr Grifter aguantando el tipo ante un tetamen de aupa

Pero vamos, que por allí había unas azafatas del copón pululando, y miraras donde miraras sólo se veían adolescentes zampabollos o tías buenas. Una de las mejores era la morenacas del stand de no sé qué juego de  Fórmula 1 (no me regaba bien el cerebro en ese momento como para fijarme en el título). Lo malo es que al tirar la foto me temblaba el pulso demasiado y entre tembleque y tembleque ella se dio la vuelta y la saqué el pandero (pero vamos, que tampoco está nada mal la perspectiva).

Las chavalas del stand del juego de Fórmula 1

Aquí podemos ver a dos rubias, una con cara de estar hasta los cojones de tanto aguantar a frikis salidos, y la otra con una cara de felicidad provocada por el hecho de ser fotografiada por los muchachos de Vas Tú Listo. Al menos nuestra visita sirvió para hacer feliz a una rubia (¡¡¡bien por nosotros!!!).

Intentamos montarnos en ellas pero no nos dejaron (en las motos, digo)

Llegó un momento en el que ya el ansia nos podía y asaltábamos a las chavalas hasta en plena calle y fuera del recinto ferial. Por cierto, el posado de esta muchacha fue sin decirla nada, pues tan solo con apuntarla con la cámara nos dedicó esta pose para el blog.

Foto de una buena moza agarrando pistolón

Y como no queremos saturar a nuestro público femenino con más fotos de chavalas, me vais a permitir acabar el post con un momento retrospecter y con el que me pondré nostálgico. Me refiero a ese juego cuya carátula podéis ver en la foto adjunta (La abadía del crimen), una auténtica joyita de nuestros tiempos mozos, que nos brindó muchas horas de vicio con la puta mierda del Amstrad CPC 464. Incluso a pesar de mis rodillas chungas me puse de cuclillas aún a riesgo de no poder enderezarme luego. Sirva esta foto a modo de homenaje a uno de los juegos con los que más hemos disfrutado (lo cual no es moco de pavo para dos jugones de pura cepa como nosotros).

Uno de los putos mejores juegos de la historia