Tener una Xbox y no haberse viciado a alguna de los entregas anteriores de la saga Gears of war es algo más o menos comparable al hecho de tener como novieta a una playmate y que no te deje magrearla ni las tetas (cuánto material desaprovechado, por dios). Hace ya unos años el nunca bien ponderado Kiko se compró esa consola por la primera parte de este juego. Luego el tío cogió, me vició a mí y me compré la Xbox también por ese juego. Así que con esta reseña esperamos hacer ver la luz a quien aún no haya catado ningún título de la saga (que no creo que sean muchos los insensatos) y que lo prueben cuanto antes como el que degusta un buen porro en las sobremesas de Antena3.
Y es que para cualquier fan de la mítica saga de Epic Games es herejía pronunciar el nombre de Marcus Fenix sin haberse lavado la boca previamente. Bien es cierto que a muchos nos dan ganas de ponernos una bandana en la cabeza y salir a la calle con cara de mala hostia en honor a este tío. Así que sin más dilación voy ya con la reseña para explicar el porqué de mi devoción por Gears of war.
Y lo primero que he de decir es que con este post, aparte de hacer una reseña de esta tercera parte, me gustaría también hacer apología de la saga como una de las mejores a las que se puede jugar hoy día y recomendarla a todos aquellos que estén aún renqueantes (que insisto una vez más, no creo que sean muchos a estas alturas). Para ello pondré primero en situación a los neófitos del juego explicando de forma muy breve el argumento de Gears of War. Prácticamente se resume en la repentina irrupción de una belicosa raza de monstruos que vivieron bajo Tierra durante millones de años (los Locust). Emergieron en un momento en el que la humanidad se encontraba enfrentada entre sí en la llamada Guerra del Péndulo, por lo que los países antes en conflicto tuvieron que dejar viejas rencillas a un lado y aliarse para intentar destruir a esta nueva amenaza que pretende extinguir a la raza humana. Sin embargo, aún quedan unos cuantos humanos que los combaten en nombre de la Coalición de Gobiernos Organizados (CGO), una fuerza militar ficticia con tíos duros y muy chungos.
Metiéndonos ya un poco en el meollo de la nueva entrega que pone punto y final a la magnífica saga de los chicos de Epic Games, lo primero que hay que comentar es que mantiene una línea bastante continuista con respecto a las entregas anteriores, que como todo el mundo sabe es la de un shooter en 3ª persona del tipo busca cobertura y revienta la cabeza a tiros a todo lo que se mueva sin que te vuelen el hocico, chaval. Bien es cierto que la mecánica del juego sigue siendo la misma de siempre con ligeras mejoras y novedades, pero si algo es tan bueno de por sí y ha vendido tantos millones de copias en todo el mundo…, ¿para qué cojones cambiar algo que resulta exitoso?. Muchos dirán que esta nueva entrega es simplemente un Gears of War 2 un pelín mejorado, pero supongo que eso es algo que no nos importa a todos los fans de la saga, que después de jugar a las dos anteriores nos quedamos en su día con unas ganas locas de jugar a «más de lo mismo» (y Gears of War 3 colma esas ansias para todos los que hemos estado esperando todo este tiempo).
Como digo, las novedades en esta última entrega se reducen a elementos tales como por ejemplo la aparición de unos engendros conocidos como Lambent, unas deformaciones aún más asquerosas y feas que los putos Locust. Los habrá de diversos tipos tales como los bicéfalos elásticos, las arañas explosivas (Pólipos), Drudges infectados, Drones amarillentos, Bersekers, étc… Todo ello hace que haya más variedad de enemigos, que junto a los distintos tipos de Locust vistos en entregas anteriores, hacen de Gears of War 3 todo un desfile de bichos más feos que el menda aquel de los Hermanos Calatrava. Aparte de esta suculenta variedad de enemigos se han incorporado nuevas armas (algunas con un modo de disparo que confieren al juego un aspecto de shooter en 1ª persona por momentos). Todo ello desarrollado dentro de un modo campaña de cinco capítulos, que por lo que he podido documentarme tienen una duración entre las 9 y 11 horas de juego.
Por cierto, otra novedad muy inquietante para todos los que disfrutamos pasándonos el modo campaña de un juego en modo cooperativo online en compañía de un colega dándole al puto vicio cada uno cómodamente desde su casa, radica en el hecho de que en Gears of War 3 podréis disfrutarlo no sólo con uno, ni dos, sino con hasta TRES colegotas. Así que imaginaos las horas de diversión que supone esto organizando las tácticas de ataque mientras se habla a través del auricular de la Xbox y se discute quién se queda en la retaguardia cubriendo a los demás o quién le echa más cojones y se lanza a lo Arteche a atacar de frente a los Locust. Porque en este entrega otra cosa a lo mejor no, pero momentos en los que estaremos rodeados de enemigos por los cuatro costados son bastante abundantes.
En cuanto a los modos multijugador, sin duda alguna personalmente me quedo con el modo Hordas, en el que veremos ligeras novedades con respecto a lo visto en la anterior entrega. Ahora a medida que vamos aguantando oleadas vamos acumulando créditos que podemos gastar en ciertos elementos defensivos o armamento, por lo que la cosa gana enteros en lo que se refiere a un inquietante componente estratégico en la partida. En cuanto al novedoso modo Bestia básicamente se resume en una modalidad en la que todo transcurre a toda hostia manejando a un grupo de Locust con los que hemos de ir tomando posiciones defendidas por los muchachos de la CGO (breve pero intenso). Aparte de todo lo comentado contaremos también con los ya clásicos estilos de capturar la bandera, anexión, rey de la colina o duelo por equipos, ideales para echar ahí las horas conectado con los colegotas y picarte con los guiris cagándote en sus muertos pisoteadísimos y en la madre que los parió un millón de veces.
En definitiva, Gears of War 3 es de lo mejorcito a lo que puedes jugar hoy por hoy si eres fan de los shooters en los que se forman ahí unos tiroteos acojonantes. A esto hay que unirle el hecho de que visualmente es una delicia con esos graficazos espectaculares, una banda sonora que te mete de lleno en el juego y un magnífico doblaje típico de tíos duros malhablados que usan la palabra «puto» casi en cada frase. Todo ello aderezado con mucha sangre, explosiones y momentazos dramáticos en los que nos apenaremos con ciertas secuencias en las que algunos de los pesonajes principales…(bueno mejor no desvelo nada para no joder sorpresas inquietantes). Lo dicho, si tienes una Xbox y no has jugado a esto no te extrañes si alguna vez alguien coge y te escupe en el jeto con desprecio y arrugando el hocico.
¡Lo tengo! Joer, a ver si arreglo los PLCs para tener Internet en el salón… quiero LIVE!!!
Anoche estuve jugando al multijugador en Duelo por Equipos, y he de decir que echaba de menos esa sensación de rabiar y acordarte de los muertos «pisoteaos» de los guiris cuando te dejan seco de un tiro.