Porque no sólo de superhéroes de Marvel vive el ser humano, de vez en cuando hay que jugársela también con otras temáticas más castizas para que cuando la gente te salude por la calle no te digan cosas como: «¡Hey, hasta luego, encasillao!». El caso es que hace unos días encontré de ofertacas en mi tienda habitual este cómic publicado en estos lares allá por 2004, y como estaba tirado de precio me permití un arrebato consumista (pues yo sólo hago grandes desembolsos de millonazos cuando se trata de impresionar a alguna extranjera o cosas así).
Por cierto, hace poco leí la noticia de que siguiendo esta moda de adaptar cosas del noveno arte al mundo del cine, al parecer Hawaiian Dick también va a ser llevado a la gran pantalla. Así que antes de ver la futurible película ya sabéis lo que toca: buscar el cómic en vuestra tienda favorita y leerlo antes de ver el film para poder comparar y poder alardear luego con la famosa frase de «bueh, el cómic mola más» (eso es lo que haría un buen friki entregado a la causa, joe).
Hawaiian Dick es una historia ambientada en el Hawai de los años 50, con todo ese tema de la 2ª guerra mundial aún muy reciente y candente. El protagonista de la misma es el detective Byrd, un militar retirado que ejerce como investigador privado en la isla, que sin quererlo ni beberlo aceptará una caso con el que se verá envuelto en toda una movida la mar de chunga. Todo acontece a raíz de cuando es contratado para investigar el robo de un coche, a priori un caso sin mayor importancia. Sin embargo, la peculiaridad del asunto radica en el hecho de que ese buga transportaba una mercancía muy importante y valiosa para el mayor mafioso de la zona: Bishop Masaki. De esta forma, nuestro protagonista quedará encargado de esa tarea de encontrar ese coche antes de que el tema llegue a oídos de Masaki y se entere de que alguien le ha jodido pero bien, pues no es una buena idea cabrear al tío más poderoso y corrupto del lugar.
Todo lo comentado da pie a una entretenida historia sobre detectives y mafiosos con componentes del folklore sobrenatural del Hawai de esa época, con todo ese tema de la brujería, las maldiciones, el vudú, la magia negra, muertos que se levantan de sus tumbas, étc… (cómic noir tropical sería la descripción más adecuada para catalogar todo este argumento).
Ciertamente, Hawaiian Dick me ha resultado una bastante decente historia para pasar un buen rato (y poco más), con un final que queda abierto para continuar las andanzas del detective Byrd en nuevos casos. Desconozco si se habrán publicado más cosillas de esta serie por estos lares, pero yo al menos no tengo constancia de que haya sido así (y os aseguro que visito mi tienda favorita varias veces al mes y suelo estar al tanto de todas las novedades). Por cierto, buen dibujo de Steven Griffin, muy acorde al tono oscuro y esotérico de la obra. No estaría mal que si la encuentras la echaras un vistazo de cara a la futurible película.