Si digo que la cosa va de chicas con uniforme, seguramente algún pervertido pensará en la madrina de este blog vestida de enfermera, colegiala o a saber qué oficio donde pueda verse una buena pechuga. Nada más lejos de la realidad, Honor Harrington es oficial de la marina espacial y se ha ganado hasta su última medalla con esfuerzo y sin utilizar rodilleras.
Aunque apunta maneras británicas, este personaje en vez de beber Té, se dedica al chocolate y es que algunos dicen que el chocolate es el sustituto del sexo y en el espacio no hay mucho tiempo de practicarlo, además de lo incómodo que debe ser hacerlo flotando a dos metros del suelo.
Algunas veces buscas, el camino es largo y al final encuentras. Eso me pasó a mí con este personaje que da nombre a una famosa y prestigiosa saga de novelas de ciencia ficción: Honor Harrington.
Entre Star Wars y el ciclo de Honor Harrington hay una diferencia. La segunda se aproxima a lo que podemos llamar Ci-fi dura, se acerca en algunos puntos lo suficiente para dejarte ese buen sabor de boca pero sin llegar a meterse en algo tan duro que no puedas masticar.
Mi búsqueda era sencilla, quería combates espaciales, nada de mariconadas, quería batallas con el máximo número de detalles y lo más parecido a un combate entre los barcos piratas de Barba Roja y el Corsario Negro, pero con naves de 50.000 toneladas. Eso lo encontré con Honor Harrington, una jefa dura de pelar que va escalando posiciones dentro de la armada del Reino Estelar de Mantícora.
La saga escrita por David Weber es muy extensa, aunque no han sido traducidos todos aún. Podemos comenzar con “En la estación Basilisco” y adentrarnos en el mundo de Honor que mantiene una guerra contra la República Popular de Haven. Aunque toda la situación política te suena desde el principio, es imposible evitar comparaciones con la segunda guerra mundial.
David Weber tiene esos detalles que le hacen ser un escritor muy entretenido sin llegar a ser lo mejor de la huerta. Pero es como las pipas, cuando comes unas no puedes parar, por eso después de empaparme con el «Honorverse» decidí comenzar con Cruzada: Fuego Estelar 1, pero eso ya es otra historia.
Conclusion: Una Space Opera donde los primeros libros son geniales.
Dios… es el Comandante Adama pero con tetas!
Pues sería una forma de definirla, ja,ja,ja.Claro que no sabemos como está de matemáticas el amigo Adama, porque ser capitán de una nave en el “Honorverse” es un puro examen de mates. Todo el día calculando trayectorias de torpedos y rezando para que tus defensas puntuales hagan su trabajo.
Adama tiene a Gaeta para eso… 🙂