¿Qué frikazo del noveno arte no ha fantaseado con el hecho de que algún día la buena de Hulka irrumpiera en tu habitación derribando la pared de un tremendo ostión, te cogiera ahí en volandas, te llevara con ella pegando un saltaco por la ventana con sus potentes piernas y acabarais en Hawaii los dos juntos tomando unos mojitos fresquitos?. Me imagino que habréis sido un montón los que hayáis fantaseado con esto, pues este mujerón levanta pasiones…
Así que cuando me enteré de que se iba a publicar por estos lares la nueva serie de la verdecita no pude menos que ponerme en el suelo de rodillas con una mano en la cara y la otra alzada al cielo dando gracias a los dioses. Y es que he de reconocer que en mis tiempos mozos yo fui muy fan de la Hulka de John Byrne, tanto de aquella mítica serie de principios de los años 90 como de aquella novela gráfica titulada La sensacional Hulka (con esa portadaza de la verdecita luciendo tremendo tipín). Así que es muy normal que tuviera curiosidad por ver qué tenía que contarnos el guionista Charles Soule en esta nueva etapa del personaje. Vamos a verlo…
¡Ainssss, la siempre genial Hulkita!. Valiosa vengadora, miembro de la Fundación Futuro, salvadora del mundo en más de una ocasión. Sin embargo, Jennifer Walters es también una de las mejores abogadas de Nueva York, con un montón de éxitos a sus espaldas. Más de dos metros de encantadora mujer que ahora está teniendo problemas para conjugar sus casos judiciales con sus aventuras. Con un nuevo trabajo y un montón de enemigos haciendo cola para enfrentarse a ella, puede que quizás haya mordido más de lo que puede masticar.
Personalmente este cómic me ha ha recordado mucho a la etapa de Mark Waid en Daredevil, no sólo por el tono desenfadado de ambas series, sino también por lo mucho que tienen en común ambos protagonistas, que han de compaginar su vida de abogados con la de superhéroes. Y será justamente en esa faceta de abogado donde la buena de Jennifer Walters lo tendrá más difícil, ya que la veremos abriendo su propio bufete y la acompañaremos en las vicisitudes de todo lo que supone poner tu propio negocio en pie (buscar nuevos ayudantes, buscar clientes, etc…). Pero sin duda alguna, lo más inquietante de este tomo radica en los casos en los que se verá envuelta nuestra protagonista, pues siendo una superheroína es de suponer que no serán casos demasiado normales, pues en ellos estarán envueltos gente como Tony Stark, Kristoff Vernard, su padre el Doctor Muerte, etc…
Además, la historia está repleta de un montón de personajes secundarios (algunos a los que yo personalmente hacía tiempo que no veía pulular por las páginas de un cómic, tales como Patsy Walker, Tigra, el Conmocionador y otros tantos viejos conocidos a los que siempre es agradable volver a ver). Pero sin duda alguna, si hay un elemento que resulta atrayente dentro de toda la trama argumental es el llamado Expediente azul, un extraño caso que afectará a la vida de nuestra protagonista en calidad de demandada (junto a otros viejos conocidos de Marvel), en el que a medida que la verdecita va investigando van surgiendo una serie de elementos de lo más extraños y que verdaderamente suscitan la atención del lector para saber más detalles sobre ese misterioso caso.
Pero si hubiera que sacarle una nota negativa al tomo sería, sin lugar a dudas, el cambio de dibujante de los dos últimos números del mismo, pues uno se acostumbra al dibujo correcto, jovial, tan colorido e indie de Javier Pulido y de repente te lo cambian a sangre fría por el de Ron Wimberly y Rico Renzi con esas formas alargadas y retorcidas, que personalmente no me gustan para nada y que provocan un contraste demasiado radical para cualquier lector. Eso por no no mencionar la putada de que Marvel decidiera cerrar esta colección en el número 12, así que habrá que esperar a que salga el siguiente tomo en el que al menos quedarán resueltas todas las tramas que le dejan a uno con ganas de más al final de éste.
En definitiva, Hulka 1: Ley y desorden es un cómic de lectura sencilla, con un muy buen ritmo, situaciones la mar de divertidas y con una entrañable Jennifer Walters a la que veremos tomándose muy en serio su faceta de abogada. El que espere ver a una Hulka en plan superhéroe salvando al mundo como lo hacía con los 4F o con los Vengadores y dibujada de forma exuberante, aquí no lo va a encontrar, sino que se trata de un cómic centrado en demostrarnos lo dificil que es para un superhéroe el tratar de salir adelante con un trabajo normal, y al final (lo quiera o no) su faceta de héroe acabará mezclándose con su trabajo. Lo dicho, una lectura muy recomendable…