Y esto fue lo que hice hace unos días en mi última visita a la tienda con esta novedad de Norma editorial que lleva por título Irredeemable. Una de las primeras cosas que me atrajo fue ver el nombre de Mark Waid en la portada, guionista al que tengo en buena estima por lecturas tales como su etapa en los 4F o su más que recomendable Empire. A colación de este último título, hay que comentar que Waid vuelve a marcarse una historia en la que el protagonista es un villano un poco cabronazo (supongo que por eso me llamó tanto la atención este cómic cuando leí el resumen de la contraportada, pues este tío sí que sabe caracterizar a personajes aviesos). Sin embargo, la diferencia entre Empire e Irredeemable radica en el hecho de que el protagonista de éste último no ha sido siempre un malhechor, sino que antaño fue el héroe más querido y aclamado del planeta. De esta forma, lo que este tomo nos va a plantear es el hecho de qué ocurriría si el héroe más poderoso de la Tierra perdiera su fe en la humanidad y se convirtiera en el mayor azote vengativo jamás conocido.
Y es que últimamente estamos viendo en muchos cómics cómo se desarrolla en sus páginas el estereotipo de que el ser humano es malo por naturaleza (véase Los Muertos Vivientes). Waid tratará de mostrarnos una idea parecida en esta historia, dando respuesta a la siguiente pregunta: «¿hasta qué punto un superhéroe puede seguir haciendo cosas de forma altruista en favor de una humanidad de talante desagredecido y envidioso?». De esta manera, este guionista irá desarrollando el hilo argumental en base a esta pregunta a través de una mezcolanza de hechos del pasado y del presente, con la que nos va explicando cómo este poderoso ser llamado El Plutoniano fue perdiendo su fe y su esperanza en ayudar a la gente de nuestro planeta, hasta tornarse tal sentimiento en un odio acérrimo hacia nuestra raza, y al que dará rienda suelta de la forma más bestial que uno se pueda imaginar (y es que no es bueno cabrear a un ser omnipotente con el poder de casi un dios). A esto hay que añadir a los miembros del Paradigma, antiguo grupo del Plutoniano, quienes tratarán de encontrar la forma de detenerle (o, si es necesario, destruirle), mientras intentan no convertirse en sus próximas víctimas.
En definitiva, un cómic al que di una oportunidad un poco a ciegas por las buenas vibraciones que me dio un rápido vistazo en la tienda, y que me ha sorprendido muy gratamente. Incluso hay situaciones y personajes que para mi gusto guardan mucho parangón con The Authority, por lo que se lo recomiendo a quienes disfruten con las series de seres hiperpoderosos y amenazas a gran escala. Así que habrá que esperar hasta abril del 2011 para leer la continuación, porque un servidor no se la piensa perder.