No confundir con la tarta 44, que ese fue el número de tartaletas que se zampó nuestro redactor más gordaco cuando celebramos hace unos poquitos días el octavo aniversario de este bonito blog. Aunque bueno, ahora que caigo, 44 fueron también las cartas que yo mandé hace ya a una vecina mía diciéndole lo mona que era y ello me supuso una pedazo orden de alejamiento de varios metros y que cada vez que me ve ponga cara de asco arrugando el hocico hasta cotas insospechadas
Gilipolladas aparte, hemos de deciros que el cómic que os vamos a reseñar hoy es una de las novedades más inquietantes a la que los frikis le teníamos bien echado el ojillo desde que publicaron el primer número en el eventazo aquel del Día del Cómic Gratis, pues ese pequeño avance con el que pudimos abrir boca dejó nerviosísimo a más de uno. Publicado bajo el sello Oni Press y traído por estos rebonitos lares gracias a la muchachada de Norma Editorial, sólo podemos deciros que este tomo recopila los seis primeros números de esta serie y le deja a uno con unas ganitas tremendas de más…
El argumento nos pone en el pellejo de Stephen Blades, quien acaba de acceder al cargo como nuevo presidente de los Estados Unidos de América y tendrá mucho trabajo por delante: crisis económica, guerras en marcha y un sistema sanitario a punto de desmoronarse. Pero todo eso tendrá que esperar. Una gran verdad le será desvelada en la carta que le ha dejado su predecesor: hace siete años la NASA descubrió presencia alienígena en el cinturón de asteroides, pero ha sido mantenida en secreto. Si tener que ocuparse de la seguridad del mundo libre no fuera de por sí suficiente, ahora el pobre Blades tendrá que hacer frente a una posible amenaza extraterrestre.
De esta forma, el hilo argumental del cómic se divide en dos parte bien diferenciadas. Por un lado, tendremos las andanzas de los muchachos de la nave espacial que fue lanzada al espacio durante el mandato del presidente anterior, formada por un grupo de valientes voluntarios (en lo que parece una misión de solo ida), con el fin de saber qué intenciones tienen esos alienígenas hacia nuestro planeta. Ni que decir tiene que esta parte está repleta de misterios, intrigas, y nuevas revelaciones a medida que avanza la historia y sobre todo cuenta con el valor añadido de cierto acontecimiento que tiene lugar dentro de la nave (no diré cúal para que no me deis de ostias), que complica aún más su ya de por sí difícil situación. Sin lugar a dudas, la parte de la trama de ciencia ficción pura y dura que tiene lugar en el espacio te deja con ganas de ir descubriendo más cosas sobre esos alienígenas y sobre todo por saber cuáles son las intenciones que tienen hacia nosotros.
Por otra parte, tenemos el meollo de la historia que se desarrolla en la Casa Blanca, que tiene en su principal protagonista al nuevo presidente Stephen Blades. Se trata de un hombre de buenas motivaciones y decidido a hacer lo que cree más justo y correcto durante su cargo, al contrario que su antecesor, quien le han dejado la dura papeleta de un país inmerso en un montón de guerras, con una mala economía y por si fuera poco ha de lidiar ahora también con este marronazo de los alienígenas y con el dilema de tener que decidir si hacerlo público o no a las masas. Ni que decir tiene que todo lo relacionado con asuntos importantes sobre política a veces no satisface a todos, lo que provocará la aparición de ciertos elementos insurgentes, conspiraciones y complots dentro de su propia administración, decididos a sabotear, sea como sea, las decisiones de este presidente con las que algunas personas no están de acuerdo.
Y si todo lo comentado sobre el guión de Charles Soule no fuera suficiente, el cómic cuenta con el incentivo de Alberto Jiménez Alburquerque, un pedazo de crack con un estilo que tiende un poco al cartoon y que resulta muy atractivo y espectacular. Hay ya ganas de saber el tipo de cabronadas de las que serán capaces estos alienígenas, porque seguro que será un derroche de imaginación por parte de los autores.
En definitiva, La Carta 44: Velocidad de escape es un pedazo de cómic como la copa de un pino, de esos que devoras página a página hasta llegar a su final y que una vez leído te dejan anhelando su continuación cuanto antes para seguir desvelando más misterios e intrigas de esta trama de ciencia ficción tan cojonuda hasta decir basta. Si aún no lo tienes no sé a qué coñe esperas, porque esto es de lo mejorcito…