La primera vez que me enteré de la existencia de una película que llevaba por título La casa de los huesos pensé que esto trataría sobre un grupo de chavalitas de esas que desfilan en la pasarela Cibeles que se van a compartir piso todas juntas. El caso es que luego vi la carátula del film, con el tío ese que no tiene nada que envidiarme a mí recién «levantao», y como soy un menda un poco flipable y me dejo impresionar por cualquier carátula gilipollesca pues me decidí a dar una oportunidad a esta película.
Así que a partir de ahora he decidido contratar los servicios de alguna persona coherente que supervise esos arrebatos que me dan, porque creo que lo único que estoy consiguiendo viendo estos movidotes es quitarme años de vida ahí a sangre fría. Y es que mira que hay pelis malas, pelis pufo, pelis mierdosas y pelis peores que un patadón en los huevos a mala leche, pero es que el film que nos ocupa en la reseña de hoy es más raro que ver a un gitano haciendo la declaración de la renta, no me jodas…
Sobre su argumento poco hay que contar, pues simplemente nos pone en el pellejo de un grupo de reporteros de tv cazadores de fantasmas, que deciden investigar una casa encantada para intentar desvelar los secretos que allí se esconden. Se trata de la típica casa más chunga que una lechuga de Chernobyl, con algo maligno dentro de ella y en la que nadie se atreve a entrar. Pero como ellos son muy valientes y se deben a sus obligaciones de reporteros, pues allá que van a meter las narices cual marujonas cotillas de esas que van con los rulos.
Ciertamente el argumento de este film a muchos os traerá a la cabeza películas como Grave Encounters, una cinta que al menos tenía tensión, algún que otro susto y momentos que te dejaban con una tiritera que ni el de las prostis de la estepa siberiana. Pero es que este film que nos ocupa en la reseña de hoy hace aguas por todos lados y adolece de sustos, de momentos tensos, de intriga y demás elementos que debería tener cualquier film de terror que se precie. Eso por no hablar de los efectos especiales ratoneros, que le hacen a uno pensar que esta película ha contado con el mismo presupuesto que el que me da mi madre cuando me dice que vaya a donde «la Merce» a comprar el pan.
Mención especial para lo que son las actuaciones de los personajes, con unas interpretaciones que dan más pena que un playmobil intentando beber agua, no me jodas…Y eso que el reparto cuenta con rostros conocidos como el de Charisma Carpenter (que se pasa todo el metraje con una cara de de flipaduras que parece que se ha tomado un tripi) o el de Corin Nemec, al que muchos recordaréis como aquel jovenzuelo de antaño con tupé prominente y camisas chillonas en la serie de Parker Lewis. Pero es que ni estos dos se salvan de la quema…
En definitiva, La casa de los huesos es uno de esos films que le hacen a uno pensar que si hubiera un dios bueno y justo no permitiría que se rodaran estas mierdas. Es una de esas películas repleta de personajes cargantes, a los que dan ganas que se los carguen cuanto antes por el bien de la humanidad. Además descuida uno de los elementos principales de cualquier peli de terror que se precie: la ambientación. Y es que una casa con actividad paranormal en la que hay en todo momento una iluminación que ni la de los focos de Maracaná, poco puede acojonar. Un pufo, vamos…